Capitulo dos

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" Indiferente a la realidad "

Paul había estacionado el auto cerca de una pequeña, pero bonita casa de madera, la casa de Sam, vagos recuerdos llegaron a mi cabeza, en ese entonces aquella casa era solo un proyecto. Mi "hermano", traidor, y el único que tengo, salió del auto para dirigirse junto al grupo de muchachos altos y guapos, quienes lo saludaron con entusiasmo y familiaridad, hablaron de algunas cosas entre risas y bromas, que esa vez simplemente no logré escuchar, mantenernos la conversación así, hasta que en una de esas vi como sus miradas se dirigieron hacia el auto, mejor dicho, hacía mi, pues yo simplemente decidí quedarme dentro y no tener que socializar. Mierda, se están acercando.

Afortunadamente todos, sin contar a Paul, se quedaron a una distancia considerable como para no tener aquellos musculosos cuerpos cerca mío, que envidia. Cuando Paul llegó hasta donde me encontraba hizo una seña, daba a entender que bajara la ventana del auto y eso hice.

- ¿Que? - fue lo primero que dije obviamente irritado, seguía enojado con él por lo que llegó hacer sin avisarme con antelación y tal vez logré escuchar algún susurro por ahí, pero simplemente no presté atención en ese entonces - Si vienes a decirme que la haga de presidente sonriendo a personas que no conozco, ni lo pienses - y esa vez si logré oír algunas risillas de fondo, que raros - ¿Y esas personas que se traen? - para mi era casi imposible que nos pudieran escuchar, pues prácticamente hablaba al tono para que solo Paul pudiera hacerlo. De algún modo esos tipos me dejaron tan intrigado que se me olvidó la irritabilidad que traía, ahora estaba curioso.

- Maldito mocoso, ni siquiera dije nada - ¿acaso fue un gruñido?, al parecer termine contagiando lo con mi irritabilidad - ¿Con lo irritable que estás?, ni siquiera espero que sonrías. Anda sal, solo te los voy a presentar - dijo lo último resignado, ya sabía yo que no podía protestar, pues si así lo quería, Paul podría simplemente sacarme y yo no podría hacer nada. Nunca puedo hacer algo.

Todos se me quedaron viendo de una manera que no podía comprender en ese entonces y ahora que los miraba de cerca, me encontraba totalmente absorto, ¡¿se supone que conozco a esas personas?!, por supuesto no era indiferente a la realidad y sabía del tiempo que paso desde que me marche de Forks, pero simplemente no pensé que aquellas personas que se supone conocía fueran totalmente diferentes a como incluso me los llegué a imaginar, osea las personas cambian, si, pero que todas midan metro ochenta o más y que posea músculos de fisicoculturistas, es prácticamente imposible!, ¡¿se supone la mayoría era de mi edad?!.

Al menos que hubieran hecho un pacto con el diablo, otra cosa imposible, no encontraba la manera de explicar el hecho de que estos muchachos pudieran verse así de increíble. Tenía quince años, y los doctores siempre me habían dicho que medir metro setenta para mí edad ya era ser alto, hay doctor, si vieras a este grupo de chicos dirías que sufren de gigantismo. Debido al desconcierto que sufrió mi cerebro simplemente me les quede viendo... digamos que no solo a ellos.

De lejos pude darme una idea de cómo se veían, eran igual de altos que Paul, pero al parecer algunos estaban un poco más alejados que él, y de cerca se veía mucho más altos, como Sam por ejemplo, él al menos media metro noventa y cinco o dos metros cuando mucho. Eran cinco chicos en total, contando a Paul.

- El es Sam, tal vez te acuerdes de él, solíamos pasar el tiempo en la casa de sus padres - Por supuesto. Debido a lo mencionado por Paul, varios recuerdos, en su mayoría borrosos, relacionados a Sam llegaron a mi cabeza, algunos fragmentos de mi infancia salían a flote, aquellos que simplemente se habían quedado enterrados muy dentro en mi memoria, (excepto uno) y junto a ellos los eventos traumáticos.

Destino | Jacob Black x male OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora