Capítulo 04

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Saqueadora de mentes.

Caminé con Cer a mi lado, me deje guiar incluso cuando me sacó del palacio y camine sin refutar, nerviosa y ansiosa.

Me negué a mirar a mi alrededor más de lo necesario, no cuando el palacio estaba lleno de esas criaturas que él me había mostrado, todos armados hasta los dientes, me negué a reparar sus facciones, el color grisáceo de su piel un par de ellos me miraban con interés, curiosidad y un poco de malicia.

Me repetí a mi misma que dejará la cobardía y tuviera ovarios, pero sencillo no era. Aun así logré no esconderme tras Cer como una niña pequeña.

Cer es poderoso, eso fue lo que él dijo y ahora mismo y por alguna razón que desconozco me está protegiendo, así que calme mis respiraciones y me aferre a eso.

El aire se sentía más caliente afuera y aunque gracias a las sandalias la tierra árida ya no me quemaba las plantas de los pies, aun así el calor era sofocante.

Memorice nerviosa y con dificultad el camino al palacio, todo era parecido, no habia calles, solo un monton de tierra humeante, los rojos y los negros era los colores predominantes en el ambiente, fuego y oscuridad.

Caminamos 15 minimos más hasta que empecé a escuchar ruidos, hasta que ya los alaridos se hacían recurrentemente escalofriantes.

Mis pasos se hicieron más lentos a medida que nos acercabamos al cúmulo de gente, tan pequeños como hormigas frente a él lobo a mi lado que con cada paso iba aumentando su tamaño.

Trague saliva cuando Cer volvió a convertirse en el lobo gigantesco que vi por primera vez, sus ojos otra vez ardían en llamas cuando me miró.

Una mirada de advertencia, que no me apartara de él quiso decir e hice caso.

Las miradas de los guardias en qué contenían la multitud estaban fijas en el enorme animal, igual que las almas desesperadas que gemían de terror al ver a Cer.

No le hizo falta gruñir para que le dieran paso, nadie me miraba, pero aun así me encogí, traté de hacerme lo más invisible que se podía y maldije por no tener a puro hueso en frente y pedir que me hechizada para ser invisible de nuevo.

Odiaba que yo si pudiera verlos, sus ojos eran cuencos vacíos, lo único que había en ellos era desesperación, una enorme y eterna desesperación, no veían ni sentían más que terror y lo supe, más que saberlo, lo senti, senti el terror de cada uno de ellos, sentí el miedo y las ganas de acabar con el sufrimiento eterno, años y años de agonía y desesperación, ansiaban su juicio final y estaban aquí esperando recibirlo, dispuestos a llorar e implorar por una muerte en la que ya no hubiera más infierno, que no hubiera nada más allá, rogaban por arder en las llamas de una vez, hambrientos, sedientos, sin un motivo para seguir viviendo más allá de la agonía eterna, lo vi, muchos ya habían muerto varias veces, pero aquí no había muerte, él lo había dicho, aquí solo había sufrimiento y cuando morían y volvían a revivir en el mismo infierno eso era la desesperación pura, vi sus pecados, muchos de ellos, asesinos, violadores, ladrones, mafiosos, sacerdotes, personas del común con un pasado oscuro o quizá solo un error que los condenó a esto, muchos lo merecían, algunos... no lo sé, quizás no hurgue bien en su mente.

Me detuve ante ese pensamiento.

¿No hurgue en su mente?

¿Qué demonios?

Hiperventile al darme cuenta que había estado en sus mentes, recuerdos que ni siquiera ellos conservaban, yo los había visto...

¿C.. como?

Solo eran cáscaras vacías, pero yo había estado en sus mentes, había visto la vida de muchos de ellos y me pregunté cuánto tiempo pasó, me pregunté si alguien se había dado cuenta, si Cer lo había sentido.

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⏰ Última actualización: Mar 04 ⏰

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