Father Instantly (Tony Stark)

VI Rules

Tony Stark

—¿Vamos a hablar o seguirás viendo a la mesera como si te la fueras a coger en este momento frente a todos? —escuche preguntar a esa niña con un toque de sarcasmo.

Desvíe mi mirada hacia la mocosa, quien me observaba con las cejas elevadas y de brazos cruzados esperando que dijera algo. En parte tenía razón, quería comentarle sobre el contrato y establecer reglas, pero la mesera realmente se robaba toda mi atención.

—Eh… si, vamos a hablar, pero antes vamos a ordenar algo para comer —eleve mi mano para llamar la atención de la mesera.

—¿Qué desea ordenar? —preguntó le bella mujer. Sus labios carnosos llamaron mi atención.

—Un capuchino, acompañado con un par de donas y si es posible tu número, linda —le guiñe el ojo sonriendo.

—Enseguida traigo su pedido —dijo mordiendo su labio inferior y entendí que esta noche no dormiría solo.

—Eres repugnante —dijo la niña, mirándome con asco.

—Soy coqueto y encantador, mocosa —ataque mirándola disgustado —. Bien. Para empezar, no pienso castigarte por lo que hiciste, en realidad ni siquiera se que fue lo que hiciste y realmente no me interesa…

—¿El director no te dijo? —me interrumpió para preguntar extrañada o confundida, no lo se.

—Probablemente si lo hizo, pero no le puse atención a sus palabras —respondí, restándole importancia a ese tema –. Supongo que Fury no te dijo la verdad de las cosas, claro esta.

—Pues dijo que eras agradable, claramente mintió —dijo mirándome como si su único propósito fuera asesinarme.

—Que chistosa —entre cerré los ojos, demostrándole mi disgusto —. Son seis meses en los que tenemos que fingir ser padre e hija.

—Claro, seis meses en los que tu debes aprender aunque sea lo mínimo sobre responsabilidad —dijo apuntandome.

—Pensé no sabias nada sobre la verdaderas intenciones del pirata —confesé confundido.

—Es así, pero al parecer éramos los únicos que lo sabían la verdad —explicó —. Fue Peter quien me contó.

—Su orden esta lista —dijo la mesera. Desvíe los ojos hacia ella para sonreírle. Dejo todo frente a mi y cuando metió su mano a unos de los bolsillos de su delantal, fue interrumpida.

—Pensé que hoy saldrías con la rubia del auto rojo ¿como se llamaba? Brittany —dijo la mocosa con una sonrisa juguetona en el rostro. De inmediato comprendí sus intenciones —. No, creo que era la pelirroja británica que conocimos en vacaciones, Emma. La verdad son tantas chicas que ya no se cual es cual.

La mesera saco su mano del bolsillo totalmente vacía y se dio la vuelta sin darme su número. Esa niña mocosa la había espantado diciendo mentiras.

—Con eso declaraste la guerra —lo observe con los ojos bien abierto, traspasando mi odio a través de ellos —. Después no quiero quejas.

—Le acabo de salvar la vida a esa chica porque convivir contigo es una verdadera tortura —declaró mirándome con amargura.

—Que coincidencia, pensamos igual —escupí de la misma forma que ella —. Continuando con el contrato, si queremos sobrevivir a esto vamos a establecer reglas.

—Supongo que para ambos, yo también puedo poner mis propias reglas —se apoyó con sus codos en la mesa, acomodando su menton sobre sus manos. Me sonrió de una forma que me hizo mirarla con los ojos entrecerrados.