Capítulo 2 Un trago para Evelin

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Dentro de lo que cabe...

Mi vida es normal.

No me aburrí de vivir este tipo de vida normal, nunca lo hice y tal vez nunca lo haga. Siempre me ha gustado la monotonía de la rutina.

Tengo trabajo y Tengo amigos, aunque algunos no sean personas con las cuales salir a tomar un trago son... personas con las que puedo hablar de vez en cuando.

Y no son muchos.

Las únicas personas que me pueden seguir el paso en mis conversaciones son ellos. Pero de vez en cuando, me junto con algunos compañeros de trabajo o conocidos, que con el paso del tiempo he ido conociendo a lo largo de mi vida.

O algo parecido a la vida.

Somos seres sociales.

Los humanos y las brujas no difieren en este aspecto. Aunque para nosotras la razón sea que no queremos vivir en un mundo de brujas. Sin embargo, las Brujas padecen de un problema.

Te imaginas que tu vecino

¿Sea tu vecino por el resto de tu vida?

En algún momento te harás la pregunta.

¿No envejece?

¿Cómo es que se sigue viendo tan joven?

¿Es humano?

Y es ahí donde entra la avaricia y envidia. Codicias algo que ni siquiera es posible tener, lo quieres solo para ti. La inmortalidad es algo con lo que las personas sueñan, pero una vez obtenido te das cuenta...

De que no hay felicidad...

No es como te lo imaginas...

Aun así, lo codicias....

Hoy renuncié a mi trabajo porque ya es tiempo de hacerlo.

Eh estado trabajando ahí por diez años y no eh envejecido ni un día.

La mayoría de mis compañeras me dicen que como es que hago para que la edad no pase por mí. Lo único que les digo es que hay que ser natural. La definición de naturaleza es diferente para cada persona y no hace falta decir el por qué.

Eh empacado mis cosas de mi casa y me voy a ir de viaje, pero no sé adónde ir.

Será lo que salga.

Iré donde tenga que ir.

Si es que hay un camino.

Tome el teléfono de mi bolsillo superior de mi chaqueta. No marque, pero hice el gesto de estar hablando por teléfono con alguien.

- ¿A dónde?

Una vos carrasposa salió del aparato, que sin necesidad de marcar un número. Se había hecho una llamada.

-Donde sea.

Dije cortante, a él le gusta que le digan las cosas directamente, lo demás es un estorbo. No hay necesidad de ser tan formal, solo decir adonde y eso te basta.

- ¿Pekín?

-estoy bien con eso...

Cuando vives por tanto tiempo los lugares a los que vas, ya no te generan la misma expectativa que en un momento lograron, en donde estés se vuelve trivial, más sin embargo cosas insignificantes son, lo que en la mayoría de los casos llaman nuestra atención. Yo lo he hecho por demasiado tiempo, el viajar no me daba placer.

Ya no.

No como antes...

-entonces Inglaterra

Colgué. No por falta de educación, no era necesaria, simplemente me gusto el lugar que había mencionado, él ya lo sabe. Preferiría ir a donde los climas son más grises y menos soleados. Los lugares que se bañan en la luz del sol, por lo general están protegidos por una deidad.

El otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora