Capítulo 1: Un cuervo no cuenta mentiras

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¿Qué es la brujería?

Artes esotéricas con el fin de conseguir un bien, dando ofrendas a seres que existen en otro plano. Tratando con lo que no debemos de tratar, haciendo "negocios" con el fin de conseguir algo.

El ocultismo y el paganismo siempre estuvieron ligados a la brujería de alguna u otra manera.

Siempre que pensamos en brujas, viene a la mente esa mujer volando en una escoba y con un sombrero puntiagudo.

No puede estar más alejado de la verdad.

Cuando yo nací la brujería, para la mayoría de los que no sabían nada de nosotras, significaba algo que era impuro, perras que fornicaban con los demonios con el fin de conseguir lo que querían o hacerle daño a alguien.

Yo nunca fornique con un demonio, los he visto claro está, pero nunca han declarado un deseo sexual por mi o por algunas de mis hermanas, ellos ven a los humanos o algo parecido a ellos como un medio para hacer negocios nada más.

No se mezclan con nosotros por el hecho de que somos algo cercano a dios, tanto que incluso nos parecemos a el de cierta manera, aunque los demonios que he visto nunca me dijeron como es el, cuando pregunte acerca de este tema.

Supongo que no quieren hablar de alguien con quien tienen una mala relación.

En el momento en que una mujer nace como una bruja, automáticamente se convierte en una parte del negocio de lo que no existe.

Demonios, ángeles, brujos, vampiros etc. son personas con las que se entablan negocios, como si de una gran red de lo oculto que se esconde de los ojos de las personas normales se extendiera debajo de sus narices.

Y tan grande que se extiende a lo largo de todos los mundos.

En algún momento de mi vida, hice pentagramas con sangre de animales dibujados en las paredes de las cuevas, para que las personas que nos odiaban huyeran de nosotras aterradas, por el hecho de no saber lo que miraban en las paredes.

Hacía sacrificios de sangre de animales, llenando copas con el único fin de hacer una actuación.

Para que quien estuviera viendo.

Se aterrara.

Huyera

Y contara la historia...

Pero... ¿hace cuánto tiempo habrá pasado eso?

Yo ya no lo recuerdo. Unos dos mil o tres mil años atrás tenía que aprenderme ciertas pronunciaciones para que alguna manifestación en específica se diera.

Omitiendo casos especiales. Los cantos ya no son necesarios, hoy en día se han pulido técnicas que hacen parecer una locura empezar a hablar mientras manifiestan un "hecho sobrenatural".

Mi nombre era Ineglaska solo eso.

Un nombre que no tenía apellido y que nunca significo nada.

Eso da a entender el hecho que en un principio, nunca significamos nada para el mundo en el cual habitamos.

Incluso en los tiempos que corren.

Si yo le dijera mi nombre a alguien, pensarían que estoy loca por dejar que mis padres me hubieran dado un nombre como ese.

Las personas no saben que el nombre es lo que los identifican, no como especie.

Pero si como un ser de esa aglomeración de seres vivos con un parecido genético, incluso hoy en día hay tantos que todo mundo tiene un apellido.

El otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora