¿El conquistador es un demonio?

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 Fern no se atrevió a mirar más lejos, así que echó un vistazo y continuó corriendo hacia adelante.

Su Lincoln estirado ya estaba frente a él y el conductor ya había abierto la puerta.

 En este momento, la mansión era aún más caótica.

Cayton Manor está ubicada en un amplio césped, rodeada de árboles altos, las ramas y hojas de estos árboles se entrelazan formando una cúpula verde en lo alto.

El edificio principal de la mansión es un magnífico edificio diseñado en un estilo clásico europeo.

Los altos muros de piedra, las torres puntiagudas y las amplias puertas demuestran su elegancia y solemnidad.

 La mansión está rodeada por un jardín bien diseñado con una variedad de flores y árboles.

Los caminos del jardín están pavimentados con adoquines y entrecruzados.

 En el centro del jardín, hay una gran fuente con agua volando en el aire.

 A lo lejos de la mansión, se puede ver un lago, el lago es amplio y tranquilo, reflejando el brillante cielo nocturno.

Hay varios cisnes nadando tranquilamente en el agua junto al lago, lo que aporta una atmósfera pacífica y armoniosa a la mansión.

 Sin embargo, estas atmósferas fueron brutalmente destrozadas por la violenta explosión de hace un momento.

Era como una dama delicada y elegante cuyo vestido fue violentamente destrozado por un hombre feroz.

Este desastre repentino hizo que la gente entrara en pánico.

La repentina explosión hizo temblar todo el edificio principal de la mansión.

 Los asustados invitados salieron corriendo de la habitación, con el rostro lleno de miedo y pánico.

 Gritos, pasos y sonidos de cosas rompiéndose se entrelazaron para formar una imagen caótica y aterradora.

 La multitud empujó al suelo a una mujer hermosa, y su hermoso vestido cuidadosamente seleccionado y sus costosos accesorios fueron pisoteados bajo los pies de la gente.

 Ella gritó desesperadamente, pero nadie se detuvo para salvarla.

Los hombres que normalmente la perseguían ahora la estaban pasando por encima, sin querer nada más que escapar. Ni siquiera la miraron.

 Su voz se hizo más débil entre la multitud, hasta que finalmente desapareció.

 Los niños vestidos con ropa formal estaban tan asustados que se quedaron paralizados en el acto, con sus caritas llenas de miedo e impotencia.

Lloraron y gritaron los nombres de sus padres, pero en esta multitud caótica, sus padres no sabían dónde estaban.

Estos niños no tenían idea de qué hacer, solo podían llorar impotentes entre la multitud, esperando que alguien viniera a salvarlos.

 Toda la mansión cayó en el caos y el pánico.  Los invitados se apresuraron a escapar y nadie tuvo tiempo de organizarlos ni guiarlos.

 Algunas personas cayeron al suelo y fueron pisoteadas por personas que estaban detrás de ellas; otras golpearon paredes o muebles y sufrieron heridas en la cabeza.

 Solo les importa su propio escape, a nadie le importa la vida o la muerte de los demás.

Las luces de la mansión parpadearon con la explosión, lo que hizo que la gente se sintiera aún más incómoda.

Yo, la patria, hago lo que quiero(Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora