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Los pasos de una chica asiática sonaban por los pasillos casi vacíos de su escuela, había corrido desde la otra ala de la institución para llegar a su salón. Sus manos abrieron la puerta corrediza de golpe causando que todos sus compañeros de aula voltearan a verla con confusión, ella traía una sonrisa en su rostro.

— ¡Fie- — no pudo terminar de hablar, fue interrumpida por la voz de un chico rubio, compañero suyo.

— ¡Fiesta en casa de Heather, la chica cumple dieciséis! — gritó con alegría el rubio mientras alzó los brazos al aire.

La nombrada Heather gruñó bajo, sonrió con la única intención de guardar apariencias y fue a sentarse en su lugar al lado de su amiga rubia, Lindsay. Recibía halagos en su camino, algunos por la fiesta mientras que otros por su cumpleaños, daba igual la razón ella adoraba los halagos.

Su diversión no duró mucho, un profesor había llegado siendo que tenían que guardar silencio absoluto para el inicio de sus clases, daba igual, ella nunca prestaba atención a estás pues de todos modos obtenía buenas notas como si fuese un truco de magia.

***

Esta vez nos centramos en un joven de tez morena, un chico del mismo salón que la anfitriona de la futura fiesta. A su lado había una asiática de cabello teñido en azul oscuro, casi negro, y junto a ella estaba su hermana que portaba dos colitas con listones rojos, ambas estaban ahí con el mismo objetivo.

Convencer a Noah de ir a la fiesta de Heather, obviamente no era algo fácil, durante todos los años que llevaban estudiando juntos ese chico solo había asistido a cinco fiestas, en la última termino rompiendo la mitad de ventanas en la casa del anfitrión.

— No pienso, no quiero y no voy a ir a esa fiesta, Emma, Kitty, no es por ser grosero... Bueno, si lo es. Pero yo jure que no volvería a una fiesta, mucho menos si es de Heather.

Una de las hermanas suspiro rendida, dejo de lado el intentar y se encogió de hombros para irse de ahí. La otra sin embargo se quedó, Noah era su mejor amigo desde hace mucho tiempo, ella tenía una corazonada de que esta vez algo saldría bien para ese chico.

— ¡Vamos Noah!, te prometo que es la última fiesta a la que te pido ir. Si te molestas a media fiesta nos iremos en seguida, ¿Siií?

El hindú no tuvo más opción que aceptar, no podía negarle un favor a una de sus únicas amigas, termino cerrando un libro de Harry Potter que tenía en sus manos para asentir con la cabeza ante la petición, Emma chillo de felicidad y tras agradecer se fue con su hermana dejando en paz a su amigo.

— ... ¡Carajo, perdí la página! - maldijo, ahora tenía que buscar de nuevo dónde se quedó.

***

Ahora, en un lugar muy, muy, muy lejano a esa escuela privada nos situamos en un chico castaño, algo bajito para su edad y que asistía a una escuela pública. En las escuelas públicas pueden tener hasta el techo callendose a pedazos pero siempre debías ir con el uniforme, algo molesto. Otra de las cosas que no podía hacer era llevar su teléfono, claro que todos rompían está regla.

El estaba en su salón sentado en una de las mesas del fondo, era hora de receso así que no había nadie, tampoco tenía idea de quién se sentaba ahí. En sus manos estaba su celular, tan típico de escuelas públicas... Un mensaje de voz le había llegado, era de su amiga Heather, la de la escuela privada.

— ¿Fiesta de cumpleaños?... ¡Claro que voy! — chillo entusiasmado mientras tecleaba su respuesta, apenas terminó de escribir y enviar ese mensaje el celular se le fue arrebatado de las manos. — ¡¿Qué?!

Oh, mierda. Un profesor estaba frente a él y parecía estar molesto con él, bueno, no era la primera vez que se metía en problemas.

— Joven Anderson... Primero no viene correctamente uniformado, luego no cumple con sus tareas y ahora anda con el celular cuando sabe que está prohibido.

— ... ¿No es mío? — afirmó en algo que parecía más una duda, un par de risas nerviosas adornaban su evidente mentira.

Bueno, el estar castigado teniendo que llevar una maqueta del sistema nervioso para dentro de dos días no era tan malo, al menos le habían dado tiempo. Pero algo que sin duda no dejaría pasar era esa fiesta de su amiga, Heather era alguien importante para él, claro que iría.

Él tampoco sabía porque pero sentía que algo importante pasaría para él si iba a esa fiesta, como si fuese una corazonada o presentimiento extraño... Meh, seguro era alguna sustancia que inhaló involuntariamente cuando paso por el baño donde se drogaban algunos de sus compañeros.

Sí, probablemente era eso. ¿Cuál era la posibilidad de sentir algo así de la nada? Cero. En realidad no sabía, no estudio sobre porcentajes. Porcentajes... ¡Tenía un examen sobre el tema después del receso!

— Estúpido Cody... — se maldijo así mismo.

—¿Dijo algo, joven Anderson? — preguntó el profesor que aún no se había ido del salón.

— ¡No, todo bien! — dió su sonrisa más falsa posible, el educador solo lo dejo pasar.

Era como, súper tonto. ¿Olvidar algo tan importante?, tener a uno de sus compañeros cerebritos ahora mismo le sería de mucha, mucha ayuda. Nadie quiere reprobar un examen importante, nadie.

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Hola otra vez vvs, nueva historia Noco, yeah. Los capítulos van a ser más cortos, sí, irán de 700 a 2000 palabras dependiendo de mi imaginación y tiempo, los quiero, muak ‼️

So different...  |  Noco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora