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"𝐌𝐄 𝐃𝐄𝐉𝐀𝐑𝐀𝐒 𝐃𝐎𝐑𝐌𝐈𝐑 𝐀𝐋 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐄𝐂𝐄𝐑, 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐓𝐔𝐒 𝐏𝐈𝐄𝐑𝐍𝐀𝐒"


























Año 2000'

Mai se encontraba guardando sus pertenencias de su habitación, ya que tenia que mudarse a un nuevo lugar por escasez de dinero.

Además de que su padre no se preocupaba por ella ni por la cuota alimenticia,  aunque no podían hacer nada porque no tenían suficiente monto para pagar un abogado.

Dale nena, apurate que tenemos que estar antes de las doce — le gritó su madre cargando unas grandes cajas de objetos frágiles.

— ya casi terminó — respondio con tristeza mientras envolvía de cinta la caja de cartón, iba a extrañar a todas sus amigas, ya que tenía un círculo social que le había costado años formar, por más que se iban a seguir viendo, no iba a ser lo mismo

La chica miro una foto que estaba en un marco donde estaba ella y su mejor amiga "Constanza" que se había suicidado hace un par de meses, con tan sólo mirar una vez la fotografía, sus ojos se llenaban de lágrimas, se arrepentía demasiado de no haber podido ayudarla.

Se quedó mirando el papel por unos segundos, sentía angustia y nostalgia, pero no podía seguir lamentándose aún por su muerte, tenía que seguir empacando.

[...]


La pelirroja estaba mirando la ventana, iba a extrañar bastante capital, también su antigua vida, no le gustaba la idea de tener que irse a vivir a una villa donde podía acabar muerta en cualquier hora y momento.

No podías elegir otro mejor lugar que Fuerte Apache? Hay demasiado lugares baratos y bonitos y justo tenemos que irnos a una villa — reclamó la menor mientras su vista seguía en la ventana.

Nena, vos no entendes que nos quedamos sin plata después de tu cumpleaños de quince? Y además de que tu padre no nos transfiere ni un mango, así que anda acostumbrandote o agarras la pala vos y conseguís plata, así de fácil— La mayor siguió manejando pero más tensa que antes, ya que no sabía en que idioma explicarle para que entendiera en la posición económica que se encontraban.


Maia sólo rodó los ojos y se cruzó de brazos y seguía mirando con disgusto la calle.

Estaba pensando en cómo iba a formar nuevos amigos, según ella, pensaba que era muy de crota hacerse amiga de villeros, pero no le quedaba otra.

[...]

Al llegar al nudo correspondiente que ahora iba a ser su hogar, tuvieron que esperar algunos minutos que parecían eternos, ya que tenía que venir el agente inmobiliario para darles la llave.

tomá mai, te doy quinientos pesos, comprate un alfajor porque no desayunaste nada y te me vas a desmayar nena, dale anda —  le ordenó su madre, mandando a su hija a comprar a un kiosco que estaba en una esquina.

— Pero ma, acompañame, imagínate que me secuestra alguno de estos villeros? O peor, si me violan — le pidió su hija juntando sus manos e implorando para que la acompañe.

- 𝐊𝐀𝐍𝐄𝐃𝐀; 𝐃𝐀𝐍𝐈𝐋𝐎 𝐒𝐀́𝐍𝐂𝐇𝐄𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora