AIDEN (4) - pt 2

19 0 0
                                    

 Para nuestra sorpresa, nos encontramos con dos peculiares voces. Jonathan y yo decidimos asomarnos a ver quienes eran las dueñas de aquellas voces. Dimos dos pequeños pasos sigilosos para asomarnos por la valla del instituto, por la cual se veía perfectamente el patio principal. 

Vimos dos siluetas femeninas cantando y bailando. Jonathan y yo no nos podíamos creer lo que estabamos viendo, sin duda no eran unas chicas normales. A ambos nos hizo gracia, pero a Jonathan se le escapó una risa lo suficientemente fuerte como para que aquellas chicas nos escucharan, o al menos una de ellas. Nos dimos cuenta de que una de las chicas estaba empezando a darse cuenta de que no estaban solas, pero esta no le dio importancia y siguió cantando junto a su amiga. Menos mal que aunque ya estaba empezando a amanecer, todavía seguía el cielo oscuro, porque el nulo disimulo de mi amigo nos habría delatado.

Continuábamos escuchando el armónico concierto, hasta que una de ellas comenzó a cantar una canción que revolvió un sentimiento en mí que llevaba años sin sentir. Una de ellas paró de cantar con cara de tristeza, observó a su amiga que cantaba con el corazón y con lágrimas en la cara. Jonathan continuaba riéndose, nunca le expliqué el significado que tenía esa canción para mí.

"Rewrite the stars" fue la canción que mi padre le cantó a mi madre el día de su boda. Esa canción para tenía un significado inmenso para mí, por lo que un profundo sentimiento de nostalgia se apoderó de mi ser. Me sentí raro al escuchar una voz tan única cantarla, fue una sensación que jamás había experimentado.

No podía apenas ver, mis ojos borrosos por las lágrimas que no querían caer y la noche no me permitían ver con claridad, pero si conseguí fijarme en la chica que cantaba.

Era una chica muy guapa, tenía pinta de ser dulce e inocente, y ver el sentimiento que le ponía a la canción cuando la cantaba, me hizo sentirme comprendido, de lejos se veía que para ella también tenía un significado muy importante.

La canción estaba a punto de terminar, cuando al imbécil de mi amigo se le ocurrió salir de nuestro escondite con una sonrisa burlona en la cara mientras aplaudía. Con los sentimientos a flor de piel tenía ganas de matar a Jonathan, me fastidiaba mucho su burla hacia aquella canción. 

La chica que cantaba aquella canción se secó rápidamente las lágrimas y parecía muy enfadada. 

- EH! VOSOTROS, ¿qué hacíais ahí?

- ¿Nosotros? Nada señorita, escuchar su melodiosa voz, más mel - odiosa que otra cosa.

Mi rabia hacia Jonathan cada vez aumentaba más, aunque lo decía todo de broma, estaba siendo un tremendo capullo, y no era la ocasión adecuada para serlo.

-Mira tío... - comencé a decir -no tiene ni puta gracia.

-¿Tú también no? También te vas a burlar de mí.

Aunque la entendía, porque estaba furiosa de que Jonathan se burlara de un sentimiento tan íntimo, me molestó cómo se dirigió hacia mí sin yo haberla hecho nada. Yo también estaba sensible.

- Mira niñata, no sé quién te crees que eres para hablarme así, pero nosotros pasábamos por aquí y os escuchamos cantar , simplemente nos quedamos escuchando.

- Encima tienes las narices de llamarme niñata, cuando habréis podido ver que esta canción significa algo para mí y tenéis la poca vergüenza de salir con una sonrisita en la cara.

- Nosotros... - comenzó Jonathan.

- Cállate - le exigí yo.  - Mi amigo va pedo y no sabe lo que dice, no la tomes conmigo que no tengo nada que ver, ni con él.

Aunque parece que la situación se calmó un poco, los dos parecíamos molestos.

Su amiga se encontraba a su lado. Se notaba que estaba muerta de la vergüenza y, aunque también era guapa, no me llamó la atención. Sin embargo, la misteriosa cantante me dejó intrigado. Su dulce apariencia no tenía nada que ver con su carácter y, a diferencia de su amiga, a ella no le importaba que le hubiéramos visto cantar, sino que nos hubiéramos metido con algo que le importaba, y eso me gustaba. 

Como de costumbre, la sirena policial comenzó a sonar. Las chicas nos habían metido en un buen lío. Las cámaras del instituto detectaron movimiento en el patio y avisaron a la policía, que estaba ya activa por la fiesta de la que acabábamos de salir Jonathan y yo. 

Los cuatro supimos que teníamos que salir de allí.

Aunque nuestro primer encuentro entre todos no hubiera sido muy agradable, no podíamos dejar a las chicas allí. Seguramente si hubieran sido otras chicas, me habría dado hasta placer dejarlas allí. Pero esa morena de dulce apariencia y carácter fuerte me dejó algo intrigado.

-Vamos Mar, súbete a mi mano y sal de aquí, si no salgo a tiempo, dile a mi abuela que no se preocupe.

La amiga de la cantante le hizo caso y salió corriendo. Cuando me giré hacia Jonathan me di cuenta de que no estaba.

-Será hijo de...

Me di cuenta de que en el patio solo quedaba la cantante y parecía preocupada. Aunque todos estuvieran salvándose su culo, algo me hizo sentir que no podía dejarla allí, así que le estiré el brazo y ella se agarró a mí, tiré con fuerza y la atraje hacia mí, de manera que cuando subió simplemente nos separaban unos pocos centímetros de distancia. Los dos nos tensamos y pude oler su fragancia debido a la poca distancia que nos separaba.

Rápidamente recordamos que teníamos que huir por lo que tomamos distintas direcciones y nos separamos.

No sabíamos nada de nosotros, sentíamos que nos conocíamos, o por lo menos yo sentía que la conocía, pero fue una sensación extraña.

De repente me acordé de que simplemente era una chica más, y no quería darle atención, por lo que cuando llegué a la casa de mi padre me metí en la cama y no pensé en nada más.


TODO LO QUE FUIMOS.Where stories live. Discover now