capitulo 3

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La alarma de mi celular sonó despertándome.

Me senté en la cama frotando mis ojos y bostezando, apague la alarma y me fijé en la hora, aún es temprano.

Me levanté y me preparé para ir a la escuela.

Me puse a pensar en lo que pasó ayer.

Había chantajeado a alguien para ayudar una persona que le di mi palabra, aún sentía una presión en mi pecho por lo que hice pero me recordé que fue por una causa que valía la pena, lo que me hizo sentir menos esa presión.

Al terminar de alistarme baje a desayunar y hacer mi bento.

Lo guarde, tome mi celular, mis llaves y me fui a la escuela.

En el camino ví al chico de ayer de nombre Taro acompañado de otro chico de cabello y ojos naranja con una bufanda rosa con lunares.

Espera, él... Es con quién choque cuando fui a hacer las compras, por el uniforme negro que lleva puesto es obvio que va a la misma escuela pero es raro, no recuerdo haberlo visto antes.

Bueno, no es asunto mío. Me disponía a seguir mi camino pero una voz me detuvo.

—¡Oye espera! —me di vuelta algo confundida, era Taro quién me llamaba.

—¿Si?

—Nos vimos ayer ¿Cierto?

—Asi es

—Disculpa que no me presentará, soy Taro Yamada —dijo inclinando un poco su cabeza.

—No te preocupes. Soy Ayano Aishi, un gusto —hice una reverencia—. Hola de nuevo a ti también —le dije al pelinaranja.

—Hola baka —dijo cruzándose de brazos.

—¿Se conocen?

—Ayer, sin querer chocamos

—¡F-Fuiste tú quien no se fijó baka!

—Me disculpé, además tú tampoco te fijaste

—C-Como sea, nos vamos

—Espera Osano, podríamos ir los tres juntos -entonces ese es su nombre.

—¡¿Qué?! ¡No!

—No seas así, ni siquiera te has presentado

—Esta bien, no te preocupes no quiero incomodar. Además ya tengo que irme, adiós —segui caminando, pude oír a lo lejos a Taro regañar al tal osano.

Unos minutos después llegué, cambié mis zapatos y me fui a mi aula.

Me senté en mi asiento viendo la ventana, no me había dado cuenta que estaba nublado. Eran agradables y tranquilos para mí los días así aunque también me gustan los lluviosos.

Aproveche la vista que tenía, por lo que saque mi cuaderno de dibujo y lápiz, mientras empezaban las clases dibujaría el paisaje.

Estaba concentrada haciendo los árboles y la lluvia hasta que ví a los demás entrar, al parecer no escuché la campana.

También entro ese chico, Osano.

Compartimos la misma aula ahora.

—¿Tú? -dijo acercándose a mi.

—Si, soy yo. Creo que no te hace mucha gracia verme o estar conmigo

—N-No es eso, es que me sorprende —dijo con un sonrojo en las mejillas.

—¿Qué es lo que te sorprende?

—Apenas te conocí ayer, luego te veo otra vez camino a la misma escuela y ahora en la misma aula —se sentó a mi lado, lo que me extraño un poco ya que casi nadie suele acercarse a mi.

no soy como tú, entiéndelo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora