Prólogo.

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Jenn: 


Caminaba del brazo de Jiwon hacia la entrada del lugar, la familia Kang en serio que se había esmerado en hacer una fiesta digna de su heredero, Dak Ho. 

Tres años han pasado desde que me perdí, desde que nos perdimos. Desde que su familia me llevo de su lado y ellos no se dignaron siquiera a buscarme. 

Jiwon me miro, en esa mirada había un poco de preocupación, lo hacía por mí, sabía que el verlo a el me iba a afectar, pero por dentro me mentalizaba de que no dejaría que esto me afectara. 

—Recuerda que eres más que ellos Jenn. 

—Lo soy. 

Beso mi mejilla brindándome tranquilidad, Seok Jun había ingresado primero. Toda la crema y nata de Seúl había sido invitada, claro, para el mundo y la sociedad, la familia Kang eran los empresarios más aclamados y adinerados del pais y parte del mundo. 

Las puertas se abrieron dejándonos entrar, de inmediato las miradas se posaron en mi. Los murmullos se hicieron presente entre las personas, Jiwon y yo avanzamos hacia Seok Jun. 

El hombre sonrio con evidente orgullo hacia mi y extendió su mano que gustosa tome. 

—Ella es mi diamante, Jenn —me presentó ante un par de hombres algo mayores.

—Un placer conocerlos —hice una reverencia. 

—Por Dios, su coreano es fluido —dijo uno de ellos—, es hermosa. 

—Claro que lo es, es mi obra maestra —Seok Jun me elogio—. El es mi hijo, Jiwon, llegó hace dos años de Canadá. 

—Un gusto verlos —hizo una reverencia. 

Ellos empezaron a hablar, yo fruncí un poco el ceño ya que sentí algo quemarme la espalda, voltee solo un poco, mi cuerpo se paralizo por completo al ver a Dak Ho, junto a el estaba Ryosuke. 

Ambos me miraban como si estuviesen viendo un fantasma. En cambio yo, sentí como mi corazón estaba por salirse. Mire a Jiwon y el me sonrio. Me aparté un poco de el y empecé a caminar lejos de las personas por que sentia que me estaba ahogando.

Al estar afuera, senti un tiron en mi brazo, Dak Ho estaba frente a mi. 

—Jenn —empezó a jadear—, joder, eres tu. 

Me solte de el como pude, no puedo permitirme que me toque, su tacto me quema y no de la mejor manera. 

—¿Como es que..? 

—¿Como termine aqui? —le hablé en coreano y el se sorprendió— pregúntaselo a tu familia. 

Ryosuke tomo mi mano y me llevó hacia otro lugar lejos del ruido y las personas. Dak Ho cerró aquella puerta y mis piernas se debilitaron al verlo quitarse el saco, eso me trajo recuerdos de hace tres años. 

Al estar frente a mi, me tomó del mentón con sus manos, sin esperar tiempo me besó. Mis muñecas fueron inmovilizadas por Ryosuke quien besaba mi espalda y parte de mi cuello haciendo que mi piel se erizara por completo, sentí una de sus manos subir por la abertura de mi vestido. 

Entonces, volví a la realidad. Como pude me solté de ambos, le di un pisotón a Ryosuke y una bofetada a Dak Ho. 

—No me vuelvan a tocar, par de imbéciles. 

No caería ante ellos, se lo jure a mis hijos, que seria fuerte y pienso cumplir ese juramento. 



Foster. |+18| #2 de la Bilogía Venganza. -PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora