capitulo 9

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Nota: ¡Hola! les iba a comentar que este capitulo y el anterior son un solo, pero tuve que dividirlos porque watpad no me dejaba subir mas de 2,000 palabras.

Tuve que volverlo a instalar ya que no podia estarlos subiendo por partes y capitulos demasiado cortos. por lo tanto, el proximo ya lo subire del largo que tienen que ser y que ustedes puedan leer mas con cada actualizacion.

Sin mas, a leer...

Pelinegra parte 2

El cielo ya se había oscurecido, Max y yo salíamos del primer bar sin absolutamente nada.

En los dos siguientes tampoco. Esto solo me hacía dudar, si no encontraba algo en las próximas horas no cumpliríamos con el tiempo y no pensaba quedar como una incompetente frente al canciller.

Nos adentramos al cuarto establecimiento siendo esta vez un club nocturno, el ambiente es más desagradable que el de los bares, hay mucha gente bailando dentro y fuera de pista y personas fornicando como si no hubiera un mañana.

— No creo que eso sea legal— dice Max señalando una pareja sobre una de las mesas. El hombre tenía sometida a una rubia con un arnés en el cuello.

Lo ignoro e Inspecciono el área, hay varios tipos sospechosos en la barra sirviendo tragos, uno muy parecido a los que ya tenemos, pero con el constante movimiento de las luces neón me es imposible identificarlos.

— Revisaré la barra, tu revisa los baños.

Max no me contesta cuando le hablo ya que está hipnotizado viendo como follan a la rubia, la escena es muy... Excitante y....

Miro a Max.

— ¿Estás teniendo un orgasmo mental? — le pregunto y no responde.

Le suelto una bofetada para que reaccione.

— ¡Auch!

— ¡Deja de ver cómo un degenerado como copulan los demás y concéntrate! — grito.

— Bonita palabra para definir lo que están haciendo.

Ruedo los ojos.

Me centro en la barra, pero solo quedan tres hombres. Me acomodo la peluca negra que me llega hasta los hombros y con flequillo tapando un poco mis cejas claras. Había dejado mi blazer a un lado para ir más casual, aunque eso significará dejar mi arma en el auto.

— Un Whisky doble. — pido.

El más grande, tatuado y moreno se acerca e inmediatamente lo identifico.

«Te tengo rata»

— ¿No crees que eso es muy potente para ti, preciosa? — pregunta con tono seductor.

— Es lo que quiero, estoy estresada y muy acalorada. No creo que haya algo más fuerte que me ayude.

«Y si me ofreces la droga que estoy buscando me ayudará más»

Sus ojos están perdidos en el escote de mi corsé, al estar sentada e inclinada mis senos se elevan por la presión que ejerce dándole una vista que no olvidará en su asquerosa vida.

Prepara el trago y me lo tiende, repaso los tatuajes de sus brazos. Me tomo el atrevimiento de tocarle la muñeca acariciando la tinta.

— ¿Qué significa? —trato de sonar lo más interesada.

Me tomaba muy enserio mis métodos de seducción, hombres como este pensaban con la cabeza y no precisamente la de arriba.

Tomo un trago de mi whisky.

— Significa...

— ¡Rail!

¡Maldita sea! Se separa para largarse donde el hombre que lo llama desde el otro extremo de la barra.

Dejo los billetes en la barra y camino por el lugar buscando a los otros. Es un lugar cerrado, sin segunda planta, ni zona VIP. Solo salida de emergencias y la entrada principal.

Me desplazo por el área hasta que me topo con una entrada de cortinas blancas. Al lado hay una placa en idioma alemán «Vergnügungsbereich»

Tenía que aprender alemán lo más pronto posible.

Entro. El lugar está completamente oscuro, sigo caminando unos pasos más...

— Ahhh...

Me paro en seco.

¿Eso fue...? ¡Ay, mierda! fue un gemido.

— Ohhh...

¡Y otro!

La ola de gemidos a mi alrededor me bombardea los oídos ¡En que puta jaula de adictos sexuales me vine a meter!

Alguien me jala del brazo sacándome a la luz.

— ¿Qué hace metida ahí? — pregunta un Max desconcertado.

Apartó la cara ¡Sería muy enfermo decir que me calenté con esos gemidos! Podía jurar que tenía la cara completamente roja.

— Buscando evidencia. — es la excusa más estúpida que se me pudo ocurrir.

— ¿En el área de entretenimiento? — me mira acusador— ¿Y así se atreve a llamarme degenerado?

— ¡Respeta a tu superior!

— Como usted diga—niega con la cabeza y me suelta.

— ¿Qué encontraste?

Saca de su bolsillo una pastilla idéntica a la que medio Lukas.

— La saqué del bolso de una señorita, se la vendió uno de los hombres que ya tenemos identificado. —cuenta. —Llamare al comisario, hay que registrar todo este lugar ya y arrestarlo de inmediato.

No... No podíamos hacer eso... Según las investigaciones el dueño de este club y el del último al que no hemos ido es la misma persona por lo que...

Lo quito el teléfono de las manos.

— No.

— ¿Cómo qué no?

— El hombre de la barra también es uno de ellos.

— Exactamente por eso, hay que llevarlos a la comisaría y entregarlos a...

— Escúchame Max, aquí solo hay trapos usados por una mano muy negra.

— ¿Y Usted quiere esa mano?

— No, tú y yo la queremos. — señalo su cuerpo y el mío—Si capturamos a esos dos solo le damos vía de escape a los otros, solo sumaremos dos hombres a la cárcel por delitos menores.

» Este lugar está a ciegas, solo hay una cámara de seguridad en la entrada ubicada de tal manera que no se vea los rostros de los que ingresan. — digo recordando mis observaciones—Iremos a ese último club.

— Para eso tendremos que esperar hasta mañana ¿Ya vio la hora que es?

Mi reloj marcaba las 2 de la mañana, ya era sábado. Max tenía razón y lo peor es que hoy no trabajábamos, me sobo los sentidos, ni siquiera tuve tiempo de tomar café y ese trago él estaba muy fuerte.

Max me mira como si fuera a lograr entrar en mi cabeza para saber lo que aremos ahora.

— No se preocupe, descansemos el resto de la mañana y el día. Pasaré por usted en la noche.

Le agradezco y salimos del lugar.

Toda mi fe estaba en ese bar, de no ser así, solo sería una gran manera de perder el tiempo.




DIASPRO (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora