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Me pasé de copas.

Estaba bailando como loca por toda la sala al ritmo de la música que inundaba aquella casa. Tan bella.

Él estaba sentado viéndome como si de una loca que está necesitada de un manicomio se tratase, pero con una sonrisa en su rostro.

—¡I just want to be one of your girls tonight! —canto a todo pulmón mientras me acerco al él.

El sillón es muy suave, casi que me acuesto en él, pero mi mente da un giro inesperado y me siento en la piernas de Christopher, escondo mi cara en el hueco de su cuello y hombro oliendo su perfume tan embriagador.

Macho alfa.

—Que rico huele jefe —le dije riéndome y sacando mi cara de mi escondite.

Escuché una pequeña risa salir de él, pensé por un momento que se enojaía y me quitaría de encima de él, pero fue totalmente lo contrario, me tomó suavemente de la cintura mientras me miraba fijamente a los ojos.

Un escalofrío recorrió mi columna haciendo que me removiera encima de él echando mi cabeza ligeramente hacia atrás.

—Katherine, quieta —habló con voz firme y algo agitada.

De forma inesperada me surgieron unas inmensas ganas de vomitar, la acidez subió a mi garganta y casi no me deja hablar.

—Señor, tengo que, tengo que vomitar —susurré con mi voz entre cortada.

No sé cómo actuó tan rápido, pero cuando vine a reaccionar ya estaba en sus brazos y entrando al baño. Él me colocó de rodillas al inodoro y sujetó mi pelo que horas antes había desatado.

Y así, dejé salir todo.

Mientras vomitaba Christopher dejaba caricias leves en mi espalda, bajando a mi abdomen y dejando caricias también allí.

Después de expulsar todo lo que había bebido lavé mi boca y mi rostro.

Volteé a ver al hombre que estaba parado detrás de mí con ojos cansados y llenos de culpa, parecía una drogadicta en éste estado. Él se acercó a mí y tomó en sus manos mi rostro acariciando con sus pulgares mis mejillas.

—Lo siento mucho señor, le prometo que no volverá a pasar —me disculpé sin mirarlo, porque claramente la vergüenza me estaba consumiendo.

—No tienes porque disculparte preciosa...

—Me voy a desmayar —lo interrumpí cuando sentí que mi cabeza daba cientos y cientos de giros.

—¿Ahora?

Y caí en sus brazos, de nuevo.

(...)

Mis ojos se abrían lentamente gracias a la luz que entraba por una gigante ventana, sentía que mis ojos pesaban kilos por lo tanto me costaba abrirlos.

Cuando al fin los abrí, ese instinto de estar en un lugar desconocido me invadía, y mis sentidos se activaron cuando vi que estaba acostada en una cama que no era la mía.

Padre de Jesús.

Tampoco tenían la ropa que traje anoche.

Tenía un sueter gigante de color blanco, solo sosten y mi par de bragas.

No quiero saber que pasó anoche.

La puerta se abrió y di un pequeño salto sentada en la cama por el instantáneo susto. Por aquella puerta entró Christopher con una bandeja en manos, vestido con un sueter negro al igual que sus pantalones.

—Buenos días Katherine, ¿Cómo amaneces? —pregunta mientras deja frente a mí la bandeja con mi desayuno.

—Pues no muy bien.

—Ya veo —se apoyó en el colchón—, te traje el desayuno, tomate esa pastilla después de desayunar, aliviará el dolor de cabeza y la resaca.

—¿Fuiste tú quien me quitó la ropa? —claro, la curiosidad me calcomía y no podía quedarme con la duda.

—No tenía otra opción —se alejó de mí y se sentó en el sofá que estaba frente a la cama.

—¿Usted y yo?... oh por Dios.

—No Kath, sólo dormimos, para mí también fue algo nuevo —admitió. ¿Entonces quiere decir que no ha dormido con nadie?

—Ya veo...

—Le dije a a uno de mis guardaespaldas que fuera a comprarte ropa para hoy, le dije a Hyunjin que pidiera un día libre por ti —agregó y con eso se levantó del sillón y se dirigió hacia mí.

—¿Cómo? No, no puedo faltar al trabajo, ¿sabe cómo es mi jefe? ES TODO UN CABRÓN —le hablé alterada y preocupada.

Claro que ese hijo de perra es un inconsciente que sólo piensa en él, si es por ese nos morimos trabajando.

—Recuerda que yo también soy tu jefe y puedo hacer de esa tonta Federal cenisas para que vengas y te quedes conmigo.

Sus palabras me llegaron, me pegaron... y bien fuerte; su rostro estaba muy cerca del mío y su mirada hacia mi era oscura, tanto que no puedo describirla.

—Señor...

Un mareo parecido al de anoche empezó a consumir mi cabeza, esta vez no sentí ganas de vomitar.

—Desayuna, y tómate la tastilla. Ven —se sentó a mi lado y con una mano me sostuvo por la cintura para que no me cayera.

Con un tenedor cortó un pedazo de huevo y pan y lo introdujo en mi boca. Luego en su mano sostuvo el vaso de cristal que contenía jugo de naranja y lo inclinó para que bebiera cuando terminé de masticar.

—Será un día largo, ¿estás preparada?

Primero que nada pido disculpas por el cap

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Primero que nada pido disculpas por el cap. tan corto y por no haber actualizado durante un mes entero. Créanme que no estaba en mi planes no preparar borradores para irlos arreglando, soy estudiante y tengo deberes que atender, por lo tanto eso me ha quitado todo el tiempo de actualizar, les pido disculpas :(

Por otro lado, decirles que pasen una feliz semana santa y que tomen este pequeño tiempo para reconciliarse con Dios ♥️.

También quiero que sepan que estaré dejando borradores listos para editar, no prometo nada sobre actualizar lo más pronto posible (porque la última vez que lo dije duré un mes😔) peroooo, quiero decir con esto que me tengan paciencia 😭.

Ésto es todo, cuídense mucho, gracias, muchas gracias por el apoyo y sus lecturas, nos vemos en TIK TOK o en otro cap.🤍🤍.

Recuerden que tengo Ig 😋

@honeyy.nix

BESOOOOOSSSSSS💋💋🌻

Blood Kisses (In The Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora