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La pelota


¡Hay un monstruo en el bosque!

Mentira.

Sus patas muy largas... Y huesudas.

No

Son silenciosas y ruidosas a la vez 

No es cierto

Sus garras son filosas igual que cuchillos.

No,
NO LO ES

Desgarra la carne como carnicero.

No, no
BASTA

Sus dientes son como un león.

¡NO!

¡NO!

¡NO!

Con ellos arrancaría la cabeza a cualquiera.

¡NO!

Y…

¡TU ERES EL
MONSTRUO!

¿Yo?



...






No,
Ese es otro.









— ¡Oh yeah! ¡Esto es vida!

Exclamó Hoppy Hopscotch, rebotando y siendo más rápida que la pelota misma.

— ¡No te confíes tanto! ¡Pronto te comerás tus propias palabras!

Contestó KickinChicken, sonriendo confiadamente siendo otra competencia para la coneja en aquella partida.

Y Dios… No sabían cómo una simple partida amistosa de vóley se convertiría en una guerra. Una donde solo existían Hoppy y Kickin, amantes de la energía y el desafío dejando a los demás en segundo, tercer, cuarto …. En expectantes de los miles de comentarios agresivos-pasivos que se tiraban. Sin embargo, ninguno de los otros se sentían molestos, si un poco apartados cuando Hoppy pegaba a la pelota que era evidentemente para CraftyCorn, bueno, empezó a hacerlo con todos o cuando KickinChicken a apartar a los demás para hacer todo solo, posicionándose en frente de su propio equipo como si nadie más existiera. Aquellos comportamientos le preocuparon a Dogday pero al ver cómo Bubba y Bobby le sonriendo despejado de todo mal gusto, se tranquilizó, entendió y disfruto de la pelea…

Hoppy Hopscotch era una coneja enérgica y entusiasta, y KickinChicken era un chico orgulloso y amantes de los desafíos, era muy obvio que estas actividades les quedaban como anillo al dedo en comparación a los demás. Y Dogday amaba cuando sus amigos sacaban lo mejor de ellos, no cuando esto incluía ser apartados.

Lo que antes era un silencio incómodo al ser apartados pasó a que cada uno alentara a su equipo: Gritos de apoyo, gritos en contra, festejos ante cada ventaja y lamentos en cada desventaja, pero nada, nada arruinaba la fuerte unión entre todos.

— ¡Ahora verás,  pollito. ~!

Rebotando de arriba a abajo, con gran fuerza tiró la pelota al cuello y con sus patas de conejo flexiono para impulsarse en un gran salto. Este sería el mejor saque de la historia de Smiling Critters y lo que la llevaría a la victoria.

There is a Monsters in the woods || Poppy PlaytimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora