There is a Monsters in the woods || Poppy Playtime

II

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Mariposas
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¡Miren, miren, miren chicos! ya es temporada de mariposas. — Gritó entusiasmada.

El aire estaba impregnado de una energía vibrante y colorida, impregnadas de mariposas que danzaban en el cielo, pintando el paisaje con sus alas vibrantes. Bubby no podía contener su emoción al verlas revolotear con gracia y delicadeza, como diminutas hadas que traían consigo la promesa de la primavera.

— ¡Qué hermosas! — chilló, sus ojos brillando con asombro y alegría mientras seguía el rastro de las mariposas a través del campo.

Cada una de las criaturas aladas era una obra maestra en sí misma, con sus colores y patrones únicos que hipnotizaban a quienes las observaban. Bubby se sumergió en el espectáculo, siguiendo el suave aleteo de las mariposas monarcas, la delicada danza de las blancas y negras, el resplandor dorado de las amarillas...

Violetas

Lilas

Azules

Verdes

Celestes...

Etc...

Etc...

Etc..

Las risas y los susurros de admiración llenaban el aire mientras las mariposas danzaban en su hermosa sinfonía de colores. CraftyCorn se dejó caer en el suave pasto, sintiendo la frescura de la primavera acariciar su piel mientras observaba el espectáculo con asombro.

Cada año, el mismo milagro se repetía: millones de mariposas recién nacidas desplegaban sus alas por primera vez, llenando el cielo con un arcoíris visual que cautivaba los corazones de todos los Smiling Critters. Pero sabían que este despliegue de belleza era efímero, que las mariposas partirían en su viaje hacia el mundo y que, en solo tres días, completarían su ciclo de vida y morirían.

Tres días,
poco para nosotros pero mucho para ellas.

Bubby se recostó a su lado, y junto a CraftyCorn se dejaron llevar por la magia del momento, compartiendo risas y miradas cómplices mientras observaban el espectáculo celestial. La observación de Bubby la llevó a notar algo peculiar: su pelaje, ahora adornado con una multitud de mariposas que revoloteaban con torpeza entre sus mechones colorados.

— ¡Bobby, estás llena de mariposas! —exclamó Bubby, su risa resonando en armonía con la melodía de las mariposas.

Bobby bajó la mirada hacia su barriga y se encontró con el adorable espectáculo de las mariposas explorando su pelaje. Una sensación de felicidad la inundó mientras sentía las cosquillas que cada paso de las mariposas le provocaba.

— Oh si! — habló a su lado CraftyCorn, intentando tocarlas con delicadeza.

Bubba Bubbaphant, con su imponente trompa, atrapó a una de las mariposas que revoloteaban a su alrededor, sonriendo al verla pasear con gracia sobre él. Mientras más observaba, más deseaba tener el pelaje de Bobby, adornado con aquel espectáculo de color y ligereza.

— ¡Aw! Quisiera tener tanto pelaje como el tuyo —suspiró con envidia, admirando la belleza de su amiga.