III

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   Ordenó sus maletas cuando estaba a cinco horas de tener que tomar su vuelo. Puso todos sus objetos de laboratorio en una maleta, y en otra puso lo que era su ropa y alguna que otra cosa que deseaba llevarse por mero capricho suyo. En su bolso de mano llevó comida que se le antojaba bastante y su telefono junto a su cargador. Una vez listo y a tres horas del embarque salió de Baker Street, pero al llegar a la acera vio que ahí estaba John, el cual parecía que iba a visitarlo sin saber que el más alto viajaría.

----¿Sherlock? ----lo miró extrañado al ver el equipaje ajeno ----¿Y esas maletas?

----Me voy de viaje ----dijo con sencillez y sin dar más detalle ----me voy a las diez.

----Sher, nunca me dijiste que viajarías... justo me habían avisado sobre un caso que te interesaría.

----Lo siento, John; ha llegado mi momento de ser humano y darle descanso y serotonina a mi cerebro. Nos vemos ----sin decir nada más, se subió al auto que su hermano había contratado para que lo transportara al aeropuerto.

El auto avanzó bajo la sorprendida vista de Watson, el cual no se creía el hecho de que su amigo viajaría tan de repente. Suspiró un poco.

----A lo mejor sí, un respiro de Londres le vendría bien...

Sherlock miraba la ventana atentamente, observando las casas y los transeúntes de la ciudad. No daba expresión alguna, pero en lo más profundo de su ser se sentía inquieto y nervioso. Si es que su criatura llegaba a nacer, ¿Cómo le diría a John sobre el niño? Dudaba que le creyera que lo había adoptado durante el viaje, pero menos le creería si le dijera que él mismo lo había engendrado de su vientre, y que, para colmo, él era el padre.

Suspiró, posando su mano en el bulto mientras continuaba pensando en todo lo que se avecinaba.

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   El vuelo fue tan largo que al bajar del avión sintió las piernas adormecidas, y había perdido un poco la noción del tiempo. Tuvo que configurar en su celular la zona horaria y el clima. Al apenas tener sus maletas en mano caminó a la cafetería del aeropuerto, aspirando con gusto el aroma a café y los distintos postres del lugar. Compró un pedazo de tarta de chocolate y la comió con gusto, y luego de haberse alimentado llamó a su hermano, queriendo aclarar una duda.

----¿Apartamento u Hotel? ----fue su consulta una vez que su llamada fue atendida.

----Un hotel; ya están avisados de ti, de tu condición y que estarás ahí por un tiempo indefinido hasta que quieras volver a Londres. Hay un auto afuera, te llevarán al hotel y te ayudarán con las maletas. En dos horas más habrá otro auto fuera del hotel para que vayas al hospital donde te atenderán médicos que monitoreen en todo momento tu estado de salud y la del embrión.

----Está bien ----y cortó. Miró su celular un momento, pensando en lo que estaba sucediendo. Notó un mensaje que había sido mandado minutos antes de que bajara del avión, soltando un pequeño suspiro al ver que el remitente del texto era John.

"¿Qué tal el vuelo?"

Decidió dar una respuesta inmediata.

"Como cualquier otro. SH"

Guardó el aparato en uno de sus bolsillos, pero tuvo que volver a sacarlo al sentir este vibrar.

"Supondré que bien... hay una noticia que debo contarte"

"Adelante. SH"

"Mary está embarazada. Seré padre en unos meses."

Mierda, mierda, mierda. Se le apretó el corazón hasta que este se quebraba en mil y un pedazos diminutos. El mundo se le dio vuelta nuevamente y sintió los ojos ardiendo en cuanto leyó aquello. Mierda, ni si quiera debería de importarle, era Sherlock Holmes, un sociópata altamente funcional que nunca mostraba emoción alguna. ¿Por qué ahora estaba llorando?

Sabía muy bien por qué lloraba.

"Ya me lo esperaba. ¿Y? ¿Qué nombre le pondrán? SH"

"Aún no pensamos en nombres, Mary apenas tiene mes y medio...sin mencionar que apenas hoy nos enteramos de esto. ¿Puedes creerlo, Sherlock? seré padre dentro de poco, el padre del hijo de la mujer con la que me casé"

"Se ve bien. SH"

Esta vez silenció el chat de su amigo y guardó su celular entre finas lagrimas. Maldita sea, se sentía tan mal. Al principio sintió celos, envidia, tristeza por no poder estar con el hombre que él amaba porque alguien más parecía haberse ganado su corazón, pero comenzaba a sentirse culpable, tal vez si llegaba a tener suerte y tener algo con John, dejaría a un pobre mocoso sin un padre, o al menos eso pensaba.

Se encerró en el vacío baño de discapacitados para sumergirse en su mar de lágrimas que en ese momento no era capaz de contener. ¿Qué debía hacer?, estaba llorando como si fuera un niño al que le habían quitado su juguete favorito, y como eran escasas las veces que había llorado de esa manera realmente no sabía que hacer al respecto. Perdió nuevamente la noción del tiempo, hasta que notó nuevamente la vibración de su telefono anunciando un mensaje no perteneciente al chat de John.

"Me avisaron que aún no llegas al auto. ¿Pasa algo? MH"

"Si. SH"

"¿Estás bien? MH"

"No. SH"

Se limpió el rostro y guardó nuevamente su telefono, saliendo del baño bajo la mirada de un confundido ser en silla de ruedas que parecía haber esperado una eternidad a que el detective saliera del baño. Caminó con sus maletas al auto negro brillante que llevaba tiempo esperandolo, guardando el equipaje en el maletero y subiendose a los asientos traseros. El motor del vehículo sacudió un poco el par de cuerpos en su interior y Sherlock miró el paisaje urbano a traves de la ventana. No lograba dejar de pensar en que John estaba formando otra familia con Mary mientras que él tenía que cargar solo con una criatura en su vientre que tenía la sangre de ambos hombres. Maldita sea, ¿Qué debía hacer? Sus lagrimas volvieron a recorrer sus pómulos, pero esta vez no emitía ningún sonido, tampoco mostraba expresión.

El conductor lo miró a traves del espejo.

----¿Se encuentra bien, señor Holmes?

----No.

Su llegada al hotel fue algo cómoda; a pesar de estar triste contó con la ayuda de un par de trabajadores que lo ayudaron a llevar su equipaje a su habitación, a la vez guiandolo a este mismo y dandole las llaves, ofreciendo un muy buen y detallado servicio. Al estar solo en el cuarto verificó si no habían cámaras, y al estar seguro de la ausencia de estas se tiró a la cómoda cama del cuarto, echando un cansado suspiro, ni si quiera había notado la fatiga que se apoderaba de su cuerpo. Por lo tanto, decidió descansar un poco antes de que su hermano lo llamara para interrogar acerca de su estado de ánimo y avisarle sobre el auto que lo llevaría al hospital. Negó cualquier indicio de tristeza y fue directo de su habitación al auto que lo esperaba, iniciando su pequeño viaje al mejor hospital de Nueva York.

Our child *Johnlock*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora