あ | «Soy un Omega Sustituto. Es mi trabajo llevar un cachorro de Alfa a término completo... por un precio.»
ま. OMEGAVERSE.
ま. MPREG.
ま. MENCIÓN DE MUERTE.
ま. JINTAE.
ま. ADAPTACIÓN.
CRÉDITOS A SU AUTORA ORIGINAL, NO ES MIA.
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—Eres un tonto imposible Alfa, bájame. Esto es francamente embarazoso —murmuró TaeHyung.
En un momento, su fuente se rompió mientras se besaban en la puerta principal. Demonios, por el aspecto de las cosas, podrían haberlo llevado un poco más allá... hasta que el bebé decidió que era tiempo de interrumpir. Lo siguiente que TaeHyung supo, fue que SeokJin le pidió que se quedara ahí. Un segundo después, SeokJin tenía la mochila llena de lo que necesitaban y tomó a TaeHyung en sus brazos como si TaeHyung no pesara nada.
—Salgan del camino —gritó SeokJin a sus vecinos de al lado, una joven pareja que se retiró apresuradamente cuando SeokJin mostró sus colmillos. Entraron al ascensor. Con voz más suave, SeokJin dijo: —¿Puedes presionar los números? No eres exactamente un peso ligero.
—Entonces bájame, idiota. —TaeHyung siseó.
¿Qué demonios? Debería haber esperado que algo así sucediera. Cuando SeokJin sugirió por primera vez que practicaran los posibles escenarios cuando el bebé llegara, TaeHyung se rio. Le dijo a SeokJin que esto no era un simulacro de incendio. Pero cuando el Alfa le dio uno de esos 'no preguntes, solo obedece' TaeHyung sabiamente se calló.
Además, SeokJin se veía demasiado lindo cuando estaba nervioso.
Ahora el Alfa le estaba diciendo a TaeHyung lo que quería, o temía oír. Esa noche anterior no había sido un error o una cosa de una sola vez. Cuando TaeHyung mencionó a JungKook, SeokJin tenía una respuesta preparada, como si esperara que TaeHyung sacara el armamento grande.
Maldito JungKook, te apareaste con un hombre condenadamente obstinado.
La imaginación de TaeHyung trabajó horas extras. Juró que vislumbra el fantasma del otro Omega de pie delante de ellos, no era un fantasma vengativo, pero sí uno sonriente.
—Ya que tu fuente se rompió es mejor que te lleve cargado.
Las puertas se abrieron. Una pareja de ancianos se apartó por el gruñido de SeokJin.
—Buena suerte —les gritó la Sra. Kang. —¡Estoy emocionada de ver a su nuevo bebé!
TaeHyung le devolvió el saludo. —Gracias, Sra. Kang.
—¿Qué jodidos fue eso? —SeokJin preguntó.
Estaban fuera del departamento ahora y frente al auto de SeokJin. El Alfa lo deslizó fácilmente al asiento trasero.
TaeHyung puso los ojos en blanco. —Los Kang. Viven abajo, ¿no lo sabías?
Cuando SeokJin frunció el ceño, TaeHyung continuó: —A veces voy a su casa a almorzar. El Sr. Kang me está enseñando a jugar al ajedrez y me encantan las galletas de la Sra. Kang.
SeokJin negó con la cabeza. —Realmente eres increíble, TaeHyung. Yo, por otro lado, no soy bueno con la gente.
SeokJin abrió el asiento del conductor y subió. El loco Alfa ya había trazado el camino más rápido al hospital hacía eones. TaeHyung se agarró a los asientos cuando SeokJin prendió el encendido.
