일곱

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—Hey ¿estás bien? —La voz de JiMin interrumpió el tren de pensamientos de TaeHyung

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—Hey ¿estás bien? —La voz de JiMin interrumpió el tren de pensamientos de TaeHyung.

—Dame un minuto —murmuró TaeHyung.

—Bien entonces. Estaré abajo con SeokJin y los cachorros. —Su mejor amigo le apretó el hombro a TaeHyung, antes de salir por la puerta principal.

TaeHyung echó una última mirada a su estudio. No había sido suyo durante mucho tiempo en realidad. Habían pasado dos años desde que  dio a luz a los cachorros de SeokJin. Desde entonces, él continuó viviendo con SeokJin, constantemente resolviendo los problemas en su relación. Desde el principio ambos sabían que no todo sería arcoíris y rayos de sol. Algunos días, querían matarse el uno al otro, pero lo superaban.

Aun así, SeokJin le permitió quedarse con el apartamento, en caso de que TaeHyung cambiara de opinión. La idea surgió una o dos veces, pero solo durante un par de segundos. TaeHyung solo necesitaba ver lo que estaba a punto de dejar atrás antes de regresar a su departamento.

La mayoría de sus cosas habían sido empacadas, dejando solo espacio vacío. Justo después de dar a luz, TaeHyung le dijo a la agencia que SeokJin era su última asignación. No lo tomaron demasiado mal, pero le dijeron que si todavía era fértil y elegía regresar, sus puertas siempre estarían abiertas. TaeHyung pensó que era poco probable, pero mantuvo esa parte para él.

Caminó a lo largo del pequeño espacio, tocando las paredes desnudas, los espacios que una vez mantuvieron sus muebles. Parecía una vida más desde que se mudó a la ciudad, incierto y asustado de su futuro.

En ese entonces, TaeHyung juró que no necesitaba un compañero para ser feliz... hasta que encontró al   hombre   correcto   de   todos modos. Después de hacer el recorrido, que fue un recorrido corto, TaeHyung cerró la puerta detrás de él. La llave de repuesto, la dejó dentro de un sobre junto con el último pago de su alquiler mensual.

TaeHyung deslizó el sobre a través de la ranura de la puerta, sabiendo que el Sr. Min, el propietario lo encontraría. Sintiéndose lleno de energía, trotó escaleras abajo. Su corazón todavía estaba acelerado cuando llegó a la acera. Al ver a SeokJin hablando con JiMin, TaeHyung no anunció su presencia al instante.

SeokJin tenía a JungKook Jr. sobre su hombro. El cachorro normalmente era ruidoso, pero esta vez, casi parecía un angelito. JiMin sostenía a MinJi de la mano. Su pequeña niña estalló en una sonrisa enseñando sus dientes, viendo a TaeHyung.

—¡Papi! —Ella lo llamó, delatando su posición.

—Hey, bebita. ¿Te has estado comportando? —TaeHyung preguntó.

Ella le guiñó un ojo. La adorable diablilla. TaeHyung temía el día en que MinJi creciera y empezara a llamar la atención. Por otra parte, TaeHyung podía confiar en que SeokJin ahuyentaría a todos los chicos o chicas tontos que vinieran olfateándola.

OMEGA SUSTITUTO, jintae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora