"Si piensas pertenecer al Reino de Plata, debes ser una roca. Sin sentimientos, sin lágrimas, sin expresiones. Jamás."
Aquella era la orden que más sonaba entre los rincones del Reino de Plata; un precioso lugar que constaba de un pequeño pueblo para los plebeyos, y un enorme palacio hecho de mármol y, por supuesto, plata.
Se encontraba cercado por muros que se decían impenetrables, y poseían el mejor ejército de soldados y jinetes jamás antes visto; era un Reino fuerte, próspero e increíble, uno de los más grandes del mundo con todas las mayúsculas.
Sin embargo, el hecho de tener tanto poder y tanto por demostrar, hacía que dentro del Reino hubiera un régimen muy estricto, el cual se aplicaba más para la realeza y los miembros del ejército. Aunque también los plebeyos podían llegar a ser juzgados y acusados en caso de faltar al régimen.
Los sentimientos, y en realidad cualquier cosa que te hiciera más humano y frágil, era considerado una cosa prohibida, una debilidad imperdonable. Por lo que, si alguien deseaba estar entre las tropas de soldados o en la caballería, e incluso si alguien de la realeza deseaba conservar su puesto, debían obedecer a dicha regla: No demostrar nada del corazón, únicamente usar la mente.
Parecía ser sencillo, pero por supuesto que no lo era; muchos se atrevían a decir que era de las cosas más complicadas superando incluso a sus entrenamientos. Si eres humano, y se te prohíbe demostrar aquello que te califica como tal, ¿no es de esperar que sea difícil?
Por ende, muchas personas cometían errores relacionados a esto, ya que no era para nada fácil mantenerse como una roca, fríos y sin sentir. Les era complicado no tener ni una sola equivocación, pues siempre llegaba un punto en dónde su parte humana detonaba, y lo más que podían hacer, era aprender a esconderlo de los reyes para evitar ser castigados.
Y, aun así, existía un hombre que hacía ver tal obstáculo muy fácil de vencer.
Bang Chan, el líder de la caballería principal. Un chico alto, con un cuerpo voluminoso, piel pálida, cabello castaño y ojos de un tono rojizo. Siempre vestía una armadura más delgada de lo usual, sin casco, portando una espada en su espalda y luciendo el escudo del Reino en su pecho.
Él era la viva prueba de lo que era no tener sentimientos, ni cometer errores; era considerado de los mejores miembros que el Reino poseía en sus filas, y un gran ejemplo a seguir.
Dirigía con inteligencia, disciplina y eficacia. Jamás sonreía y sus ojos no brillaban ante nada. Hablaba sin titubear, y su sola presencia imponía fuertemente. Era prácticamente la perfección que el Reino buscaba, haciéndolo una persona admirada y privilegiada.
Nunca había cometido un error, hasta aquel día.
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Moonchild ☘ ChanIn
Fanfiction𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚 ꒰ChanIn꒱ En el Reino de Plata la norma suprema es no tener sentimientos. Ser humano es sinónimo de fragilidad, es por eso que vivir sin sentir es el ideal. Bang Chan es el ejemplo perfecto de esta norma, pero todo puede cambiar...