CHAPTER 3
| They are cowards.
Mi celular sonaba, y sonaba como si no hubiera un mañana. De no haber sido que ya era la quinta vez que sonaba, claramente no hubiese respondido ya que la jaqueca después de anoche era mortal.
—¿Qué parte de que te alejaras de ella no entendiste?, estan en todas las portadas de revistas. ¿Dime que es lo que te dije?, adverti y recomendé que hicieras y que no Charles. ¿Acaso creés que bromeo cuando te hablo?.–Habló una no muy contenta Cassie.
—Buen dia para ti también Cass.–Hable con sarcasmo.
—Que chistosito. Vení a abrir la puerta que estoy llegando. –Dijo sin más y cortó la llamada.
Fua, y el descarado después soy yo.
Frustradamente me dediqué a cambiarme y acearme un poco.
Estoy muerto.
—Buen dia amor.–Habló Hanna besandome, mientras me abrazaba.
—Buen dia, escucha, tengo q abrirle a Cassie, ya anda con delirios otra vez. Arréglate y salimos a comer a algún lado ¿te parece?.—Hablé depositando otro beso en sus labios y salí rapidamente de la habitación sin esperar respuesta alguna.
—Sos un malcriado, cuantas veces te dije que...–Paró de hablar al ver a Hanna yendo a la cocina.—No, si esto es el colmo. Charles Marc Hervé Perceval Leclerc estás decapitado.
—Hola, buenos dias. ¿Cómo estás Charles?, Hola Cassie, yo bien por suerte ¿y tú?. –Hablé nuevamente con sarcasmo.
—Ajá eso, mirá.–Dijo mostrandome su tableta.
Habría conquistado el corazón de Charles Leclerc: ella es Hannah Horner.
El piloto monegasco podría tener un nuevo romance.
Algunos medios y fanáticos se percataron de la presencia de quienes afirman, Hannah Horner, la hija del expiloto Christian Horner. Quien se veia animadamente en el automóvil del Piloto Charles Leclerc luego de una fiesta de Ferrari. De esta manera, comenzaron los rumores del nuevo romance del piloto monegasco. El corredor de Ferrari hasta el momento, había mantenido oculta su vida amorosa. Sin embargo, todo apunta a que no será la última vez que se lo vea con la pequeña Horner.
—Mierda.–Susurre. Aunque no lo suficiente como para que Cass no me escuchara.
—Exacto, M I E R D A. Dime que harás ahora. Yo te lo advertí.–Habló Cassie guardando el dispositivo en su bolso sacando su celular.
—¿Qué haces?.
—Le hablo a tu hermano, tiene más cabeza que tú, y hace caso.– Habló colocando sus ojos en blanco.
Se sentó en el sillón de la sala tecleando llamando furiosamente a Arthur.
Cuando mi hermano menor atendió, Cassie puso el teléfono en altavoz.
—Hola Cassie, ¿qué pasó?. –Habló con voz ronca.
—Hola Arthur, queria recordarte, que hoy teniamos el almuerzo en casa de Pascale, y deben de estar todos presentes.
Oh mierda, me habia olvidado. Era al medio dia.
—¿Les molestará si llevo a una amiga, y a mi novia?.–Consultó con voz nerviosa.
—No hay problema Arthur, siempre y cuando vengas.–Habló Cassie tranquilamente.
A veces creo que prefiere a mis hermanos antes que a mi.
Luego de unos minutos su llamada terminó.
—Ñiñiñi.
—Callate Charles. Ya se que es lo que voy a hacer para cubrir tus problemas. Así que nada de quejas.
—¿Que cosa?.
—Deberas esperar, porque si te digo vas a mandar todo a la mierda, y no creas que vas a llevar a Hannah a la casa de tu madre. Que te quede claro.–Habló dirigiéndose a la puerta.
—¿Es en serio?. ¿Porqué?, dame razones.
—Por todo. A tu madre no le cae nada bien, la última vez casi le da un infarto.–Me hizo fuck you y cerró lentamente la puerta.
Me acerqué hacia el cuarto, para encontrarme a Hannah, con un vestido floral que le llegaba un poco más antes de las rodillas.
—Amor, hubo un inconveniente, y no vamos a poder salir hoy.
—Oh, está bien, no pasa nada, me habia olvidado que debia salir con las chicas hoy, así que no te preocupes.–Se levantó de la cama, y se acercó a mi dándome un beso en la mejilla—Nos vemos más tarde.
—Adiós.–La miré confundido, pensé que me haria un escándalo, como la gran mayoria de veces. Tal vez ya entendió que es por mi tabajo.
[...]
Luego de un rato me encontraba abriendo la puerta de la casa de mi madre, en el patio la mesa ya estaba puesta, habia una hermosa vista del mar y luces colgadas en los árboles, supongo que para la fiesta de esta noche.
—Hola mamá. ¿Cómo estás?.—Hablé abrazándola.
—Hola hijo, bien ¿Y tú?.—Contestó dandome un beso en el cachete.
—Bien.
—¿Me ayudas a terminar aquí?.—Consultó sacando unas cosas de una caja. Yo solo asentí.
Luego de un rato mi hermano Lorenzo y su pareja habian llegado, mi prima Cassie y sus hijos igual, y solo faltaban Arthur y sus invitadas.
Me senté en una banqueta en la cosina, por más que quisiera no podía sacarme de la cabeza a la chica de anoche. Su cabello castaño, sus labios color carmesí y sus ojos marrón claro me habian dejado anonadado, no sabía que hacer. Los pensamientos me carcomian, y lo peor de todo es que tengo novia, y le estoy faltando el respeto de tal manera, soy un desastre.