Son Chaeyoung, the nymphomaniac

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Chaeyoung soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquel roce en su entrepierna

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Chaeyoung soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquel roce en su entrepierna. No estaba segura de lo que estaba pasando, pero tenía demasiado sueño, no quería abrir los ojos.

O al menos, así fue hasta que distinguió un gemido más... que no era suyo.

Abrió los ojos en el momento preciso que todos los recuerdos de la noche anterior se desbordaron en su mente como una avalancha. Se sobresaltó un poco, abriendo los ojos de golpe y encontrándose con la rubia cabellera de Mina recostada en su pecho cómodamente.

Movió las piernas un poco, notando de inmediato la razón de sus gemidos y los de Mina: ambas tenían las piernas enredadas con las de la otra, por lo que era de esperarse que sus entrepiernas quedasen juntas frotándose constantemente entre sí.

Cerró los ojos con fuerza, intentando plantearse una idea de lo que le diría a Mina y cómo ésta podría reaccionar ante la historia nada trágica que Chaeyoung estaba deseando contarle, pues quería que Mina entendiese el porqué de su actitud de siempre y la de anoche.

No iba a ser algo fácil de contar, porque probablemente la menor se reiría de ella. Pero Mina le gustaba... y quería intentarlo con ella. Por más que eso le costase el autocontrol, deseaba que con la rubia no fuese únicamente algo sexual.

Sintió un par de cosquillas en el cuello y miró hacia abajo, encontrándose con que Mina parecía estar despertando, pues se movía inquieta, por lo que su cabello consquilleaba en el cuello de Chaeyoung, quien no pudo reprimir sus impulsos y acarició sus cabellos delicadamente. Mina pasó sus manos por el abdomen de Chaeyoung, poniéndola nerviosa.

—¿Mina?

Mina la miró en ese momento y Chaeyoung temió que pudiese escuchar el inquieto y fuerte latido de su corazón, pues éste se había agitado notablemente al ver la adorable cara de Mina recién despierta, con sus pequeños y hermosos ojos perezosos medio abiertos, sus labios exquisitos y rosas como siempre y sus cabellos apuntando en todas las direcciones, dándole una apariencia más que preciosa.

—Buenos días, Chae unnie. —Mina murmuró, trepó hasta quedar sobre Chaeyoung y le besó la mejilla. —¿Cómo dormiste?

Chaeyoung la miró, estupefacta ¿Acaso había olvidado lo que sucedió en la madrugada? Era cierto que deseaba que Mina recordase cada minucioso detalle, como ella lo hacía, pero, de cualquier modo, aún no sabía cómo lidiar con ello. Así que no tenía idea de qué hacer o qué decir.

—B-bien. —Se limitó a responder, forzando una sonrisa.

—Y tú, Myoui?

Mina rió, sacudiendo sus hombros y confundiendo a la mayor.

—Hace un par de horas estabas: "Minari, me gusta el control", "Minari, cállate", "Minari, eres muy inquieta", "Minari, Minari, Minari..."—Se burló la menor enarcando una ceja. Chaeyoung enrojeció por completo. Mina apoyó sus manos en el pecho de Chaeyoung, y en éstas su cara. —Es un poco inverosímil que ahora me digas Myoui.

Falofilia ; michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora