Prohibido [Marco x Ace]

Capítulo 16: Privacidad

—Perdon, perdón, perdón -Repetía Ace siguiendo de un lado a otro a Thatch.

Por supuesto no habia llegado a tiempo para el desayuno y lo dejó plantado.

—Prometiste que llegarías temprano. -Thatch le reprochó —Aprende a cumplir tu palabra, niño.

Ace hizo una ligera mueca al escuchar eso, si ahora era un marine era porque tenía palabra, de otro modo no hubiera cumplido su promesa con Garp.

—Lo siento, como disculpa lavaré todos los platos ¿Si? -Ace propuso rogando con ambas manos unidas sobre su pecho y una cara de cachorro que ni Thatch era capaz de ignorar.

—Bien, pero también lavaras los de la cena. -Thatch cedió de mala gana.

Creyó que al menos sería suficiente castigo y causaría algo de culpa en Ace, asi que se sorprendió cuando vio al pecoso sonreír victorioso.

—¡Claro, no hay problema! -Respondió enseguida.

Ace no queria estar en malos términos con el cocinero del barco, además que cuando Thatch estaba de buenas siempre le daba bocadillos.

—Solo lo dejaré pasar esta vez, mocoso -Thatch afirmó introduciendo en la boca del pecoso una miga de pan.

Un chico mas joven le habia ganado.

—Grashias -Ace balbuceó con la boca llena.

—Aun falta para la cena, ¿Sabes jugar cartas? -Ace negó con la cabeza y Thatch sonrió simplón. —Te enseñaré.

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—Izou es genial, la puntería de sus pistolas es increíble, además me contó que es originario de Wano...

Marco se cambiaba de ropa mientras escuchaba atento a Ace hablar. El mas joven solia contarle lo que hacia durante el día, como le iba en la cocina con Thatch o las historias que le contaban sus hermanos y solia impresionarse como un niño, era adorable.

La relación de Ace en el barco habia cambiado y Marco se sentia aliviado de que Ace estaba logrando adaptarse con sus hermanos. Estaba muy orgulloso del nuevo comportamiento del mas joven.

—¿Sabes jugar cartas? Thatch me ha estado enseñando, es muy divertido.

—¿Fue Thatch quien te enseñó? Él es realmente malo -Marco río.

—¿Ehhh? ¡Pero si luce como un experto! -Ace exclamó sorprendido.

—Bueno, sabe jugar, pero su suerte es mala, pierde todo el tiempo.

—¿Y tu eres bueno? Juguemos un poco, sería genial ganarle a Thatch, suele ser un presumido.

—Seguro, te ayudaré a practicar. ¿Tienes las cartas contigo?

—¿No tienes tú? Las cartas son de Thatch, él las tiene.

—Mmm... Yo no tengo, podría ir a pedírselas, no es problema su habitación es justo la de un lado.

—¿¡La habitación de Thatch está a un lado!? -Ace se puso de pie entusiasmado. —Iré yo, será bueno verlo.

Marco asintió y le señaló el lado izquierdo indicándole que era la habitación de Thatch.

Ace salió entusiasmado por visitar a Thatch en su habitación, ¿él estaría soprendido de verlo?

Y como alguien que no conoce la privacidad de otros abrió la puerta sin antes llamar primero.

Thatch acababa de bañarse, o esa imagen daba, con su cabello aun húmedo, el cual secaba con una toalla y andando solo en ropa interior.

El pecoso abrió la boca con sorpresa mirando a una persona completamente diferente a la que veía durante el día. Fuera de su holgado y grueso uniforme de cocinero tenia un cuerpo fornido y lleno de musculatura y sin ese peinado ridículo que Thatch usaba con normalidad lucía incluso mucho mas joven.