Capítulo 30 Balder Parte 2/2

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Lucas observaba cada recuerdo pasar mientras que a su alrededor todo estaba comenzando a cambiar, el océano profundo donde estaba sumergido comenzaba a desaparecer lentamente. Su piel ya no se sentía mojada, ahora podía mover sus dedos y alcanzaba a respirar con algo de dificultad. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver la pequeña sonrisa del rubio frente a él. Ahora podía recordarlo.

Estaba viendo un recuerdo de hace unos meses, Cristhian había regresado de casa de Thomas todo lleno de pintura, Jackson reía mientras corría e intentaba evitar que el Omega lo llenara de pintura.
Esa era una de las pocas ocasiones en las que había escuchado reír a su novio. No es que se la viviera amargado todo el tiempo, solo que desde que había abandonado la mansión su estado de animo no era el mejor, Lucas había descubierto que se encerraba en el baño y lloraba en silencio. También que se quedaba en la biblioteca por las noches estudiando una y otra vez la enorme cantidad de libros que ahí había.

Así que escucharlo reír de esa forma era realmente gratificante. Pocas veces se había dedicado a observar a su novio de esa manera, eran esos momentos los que le recordaban el porque se había enamorado de él.

Jackson comenzó a correr en dirección a la biblioteca, sin embargo, el menor logró alcanzarlo derribadolo para después rodar por toda la alfombra.

Lucas sonrió con tristeza al recordar todo eso.
Luego notó como la escena cambiaba a la de la ultima pelea que tuvieron antes de que Jackson desapareciera. El rubio huía de él justo después de haber intentado tener algo de intimidad.
El pelinegro se encontraba frustrado, llevaban meses sin tener relaciones, y para él la situación estaba llegando a su límite. Lucas no había querido insinuar nada, fue el rubio quien reacciono mal después de haberlo abrazado por la espalda. Ambos chicos caminaron hasta la biblioteca y cerraron la puerta tras haber entrado.

-¿Me puedes decir de una maldita vez por que te pones así cada vez que te toco?, esto me esta cansando, Jackson. Todos los días es lo mismo, y sigues sin darme la razón del porqué te alejas de mi -exclamó Lucas conteniendose lo más que podía. - Dime la verdad, no le des más vueltas al asunto. ¿Acaso hice algo mal, o es que ya no te gusto de esa forma?

-Ya te dije no me siento listo para hacerlo, no sé por que no lo entiendes... -Los ojos del pelinegro reflejaron su frustración, era claro que esa escusa no era válida para él, y Jackson lo sabía. - Solo dame tiempo, por favor.

-¿No te sientes listo?, ¿en serio?, ¿esa es tu escusa? - Suspiró molesto. - Necesito que me digas la verdad. Porque esta no es la primera vez que algo así pasa. Las ultima vez me detuviste en cuanto empezamos, sé que algo ocurre, dime la verdad. Prometo que voy a molestarme, sea lo que sea, ¿sabes que puedes confiar en mi verdad?

Pero Jackson no respondió. El pelinegro suspiró frustrado en un intento por tranquilizarse, que Jackson no respondiera no hacía otra cosa más que endurecerlo más.

-Jackson, te amo. Lo hago desde el primer momento que te vi. Y he tratado de cambiar por ti, he tratado de darte tu espacio, pero no puedo saber que estoy haciendo mal si tu no me dices...

Jackson sintió la mano de Lucas en su mejilla, su mirada se perdió en los obscuros ojos de Lucas, eran un par de abismos que le robaban el aliento cada vez que los veía, y a su vez le hacia temer en ocasiones.
Por un momento deseo poder decirle la verdad, pero ese sentimiento murió en cuanto recordó que no podría decirle la razón a Lucas.

-Creo que será mejor que vayas a casa Lucas...

Lucas sintió su corazón romperse en ese momento, no esperaba esa respuesta. Apartó su mano de la mejilla de su chico y quiso decir algo, pero en ese momento Jackson se retiró.

CAOS Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora