Capitulo 29 El Rey

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Morgana caminó rápidamente siguiendo el olor a carne muerta revivida con magia. Pocos Brujos tenían la suficiente habilidad para usar necromancia. El precio por revivir a alguien era muy alto, incluso alguien como Alfred había tenido que recurrir a el árbol para lograrlo.

De pronto lo sintió, el frío aire helado que desprende un cuerpo revivido parcialmente; mismo que servía para mantener los tejidos y órganos lo más conservados posibles. Lo sintió a sus espaldas, y el olor fétido de un cuerpo revivido con magia tan aberrante le hizo sentir náuseas incluso a ella.

Aquel ser la miró a los ojos sonriendo de forma torcida, su mira era un negro total, uno que la humanidad nunca tendría que ver en ese universo. La fina ropa que el cuerpo de la profesora vestía comenzó a sangrar, el hechizo comenzaba a perder efecto.

—Nunca pensé ver a algo como tú caminar en este mundo, debe ser extenuante reprimir tus habilidades en este sitió.

Morgana observó lo que parecía ser un corazón en la mano de ese ser. Este seguía latiendo; salpicando más sangre a la blusa blanca que vestía la mujer.

—¿Piensas que permitiré que hagas esto? ¿Eres tan ilusa para pensar que permitiré que tomes el cuerpo de Thomas?

La sonrisa de la profesora solo se ensanchó aún más. Un segundo después se llevó el corazón a la boca y lo mordió.

Morgana actuó rápido deshaciendo el hechizo de reanimación que permitía a ese monstruo estar en ese mundo. Sonrió victoriosa cuando vio que el cuerpo cayó al suelo libre del control de su enemigo. No obstante, el mundo a su alrededor pareció detenerse justo cuando ese mismo cuerpo se levantaba como si nada. Fue entonces que ella decidió dejar de suprimir su poder desatando el poder de la muerte sobre el cuerpo de la profesora. Lastimosamente justo cuando sus habilidades comenzaron a tener efecto en ese recipiente, un cuchillo atravesó su pecho.

—¡Esto es por mi madre...!

Ashley giró un poco el cuchillo mientras veía como esa mujer espeluznante caía al piso de rodillas.

Las luces se apagaron y en un segundo 4 cadáveres aparecieron rodeándola. Estaban desnudos y cubiertos de sangre.

—¿Lo has olvidado? No puedes afectarme, ni la vida, ni la muerte me pueden conmover, debiste pedirle ayuda a ese niño que mandaron a vigilarme —dijeron al unísono los cuatro cuerpos desnudos—. Sé que tú protegido logró tomar el lugar de la anciana kamikaze, pero quiero que te quede muy claro algo...

Morgana luchaba por mantener el control del cuerpo en el que habitaba, esa puñalada logró colocar un especie de sello en su interior, no podía regenerar su cuerpo.

—Voy a liberarme, y después de eso voy a borrar está y todas las realidades que existen, no habrá lugar ni tiempo para que cosas como tú existan. Y cuando acabe con ellos, devoraré ese pequeño mundo que insistes en mantener lejos de esta realidad.

Ashley sacó el cuchillo y lo dejó caer cuando escuchó todo eso, así que ese era el plan que esa cosa se había negado a contarle. Se sintió tan culpable, tan estúpida. ¿Cómo pudo ser capaz de ayudar a un ser así?

—Debería eliminarte ahora mismo, pero creo que puedo aprovechar que estás aquí para hacer algo que prometí...

Ashley le miró confundida, ¿qué pensaba hacer ese monstruo?

El montón de carne podrida, que en algun momento fue la profesora Thomson, comenzó a regenerarse a tal punto que cuando terminó, parecía que seguía con vida.

Morgana fue inmovilizada con cadenas hechas con una magia oscura, impidiendo que se resistiera a lo que ese ser estaba a punto de hacer.

Los nuevos contenedores de ese ser oscuro desaparecieron en un instante mientras las luces parpadeaban. Ashley quiso correr, pero cuando vio que ese monstruo materializaba el cuerpo de su madre se detuvo.

CAOS Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora