~TRUE LOVE~

~Tu Culpa~

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Ana despertó en el incómodo sillón, Verónica aún seguía molesta por lo que dijo Daniela pero se negaba a aceptarlo.

La pelinegra se sentó en el sillón sobando su cuello el cual le dolía un poco por las ventanas con vista al patio trasero se podía ver el brillante sol por lo que reducio que ya era un poco tarde.

Se levantó pensando en que cocinar para ella y Vero. Termino cocinando sopa sirvo los platos y se dirigió a despertar a Verónica.

A:Vero amor, ya está la comida.-dijo desde la puerta ya que Verónica le prohibió entrar a la habitación.

Era ridículo por qué la casa era de Ana, pero la mencionada sabía cómo podía ser el carácter de la castaña así que prefirió ahorrarse las quejas.

V:Ya comí.-dijo desde la como donde observaba su teléfono.

A:Eso es mentira anda vamos a comer.

Bastaron un poco más de súplicas para que bajara a comer, la comida fue en total silencio algo muy raro entre la pareja, ya que ellas siempre se ponían a hablar en cualquier momento.

El sonido del teléfono de Ana fue quien rompió el silencio que se estába convirtiendo en un incómodo.

Llamada.

-Hola Dani, ¿Que pasa?

-Amm, bueno me quería disculpar sabes, Alberto me dijo lo que comenté.

-Ahhh eso, no te preocupes ahora por tu culpa tengo a alguien molesta.

-Hay que burra soy, lo lamento no era mi intención que Verónica estuviera molesta contigo.

-No pasa nada, mejor dime ¿cómo están los demás?

-Pues bien aunque tus cuatro niños son un desastre.

-Liz aún sigue allí?

-Si Veró le prohibió irse.

-Esta perfecto, los iré a visitar, puedes ir a comprarle ropa a liz?

-Eso ya lo hizo mamá Coco.

-Entonces agradece de mi parte.

-Asi será adiós y suerte con tu reconciliacion.

-Gracias la ocuparé. Cuidensen.

Fin de la llama.

Ana siguió comiendo al igual que Verónica, cuando ambas terminaron llevaron los platos a la cocina, la castaña se encargó de limpiar la cocina mientras que la pelinegra lavo los trastes.

Hicieron todo eso en silencio, sin ningún intercambio de palabras, Ana ya estaba harta de ese silencio así que cuando Verónica se sentó en el sillón individual y tomo sus lentes y libro aprovecho ess oportunidad.

{Narra Ana}

Me subí a las piernas de Vero abrazándola, casi siempre era al revés. Pero se sentía bien.

V:Que pasa?

Me habló por segunda vez en el día, ya no sonaba tan fría como en la mañana y agradecí eso.