Una copa no perjudica a nadie ¿no?

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Amelia

Por lo general odio todos y cada uno de los viernes por el simple hecho de que cuando llegan nos ilusionamos con el fin de semana y nos pensamos que lo vamos a disfrutar a tope del finde, pero en realidad se nos va pasar volando porque lo más seguro tenemos algún examen o alguna entrega de trabajos que hacer para esa semana. Pero este viernes es diferente, el último día del curso y se que el lunes no tendré que volver a levantarme a las siete de la mañana para tener que coger el metro e ir a la universidad.

Como era una día de celebrar, Sally y yo habíamos quedado en ir a comer a uno de nuestros restaurantes favoritos de la ciudad y a celebrar por la noche. Ya que íbamos a ir las dos solas decidí preguntarle el otro día si podía invitar a Lucas a nuestros planes, ella ya lo conocía del metro al igual que yo y estaría feo saber que nos llevamos tan bien con él y no preguntarle si quiere venir, cuando él además fue el que nos propuso la idea de salir de fiesta en la noche, convenciendonos de que estar encerradas en cas auna dia como este seria una perdida de tiempo.

Justo en el momento que me puse la mochila en los hombros, mi hermano Luis comenzó a aporreando mi puerta. Ayer en la noche se ofreció a llevarme a la universidad para no tener que coger el metro, al principio me pareció bastante raro ya que prefiere que me pierda en el metro antes que llevarme en coche, dice que soy "una carga" cosa que no creo ya que se que me quiere más un tonto, mas que nada por que soy su hermana pequeña y me cuida como a nadie.

-Amelia como no salgas ya de esa pocilga te prometo que te quedas en casa. Primer aviso

-Si dejaras de aporrear la puerta como una animal tal vez saldría no crees? - Me acerque a la puerta para abrirla y ver a mi hermano en pijama aun- ¿De verdad me estás diciendo a mi que me de prisa? Si vas en pijama aun.

-¿Por qué me debería de vestir se me voy a quedar en el coche y no voy a salir?

-Menudo asqueroso estás hecho. Ni asearte un poco has podido

-Me he echado colonia.¿Te es suficiente?

Suspire para no discutir con él y baje las escaleras en dirección a la cocina. Cuando vi a mi abuela sonreí y le ayude a sacar el carrito para que pudiera ir al supermercado, la acompañó hasta la puerta y ahí espero a mi hermano a que salga de casa para que me lleve a la universidad, pero está siendo tan pesado que no creo llegar a tiempo a mi primera clase y si llego a la segunda va a ser de milagro.

-Luego te quejas de mi, pero tu tambien eres un pesado- le dije al ver que salía de la cochera con el coche- ¿Tanto se tarda en sacar un coche del garaje?

-Cuando te saques el carnet te voy a dar el mismo follon que me estas dando tu ahora mismo, ya veras.

Me monto en el coche sin dirigirle la palabra y poder llegar a tiempo a clases, antes de que me saque de quicio y me deje en tierra. Puede parecer que mi hermano y yo nos llevamos fatal, pero en verdad nos tenemos bastante aprecio. Lo único es que llega a ser un poco pesado con sus bromas, un día de estos lo vamos a tener que meter a un cursillo de comedia para ver si acaba en un circo o algo por que vamos, es más pesado...

-Ayer guarde a tu amiga arañita en el cajón de bromas- dice para romper el silencio que había en el coche. El muy gracioso me puso una araña de goma en la cama el otro día cuando mismo desperté y casi le meto un puñetazo si no fuera porque Frank (el otro gemelo) me lo impidió.

-Que gracioso que estas tu hoy no? - Dije mirándole de reojo.

-La verdad es que me gusta molestarte

-No, si ya me he dado cuenta la verdad, soy como un conejo de prueba o algo porque vamos todas me las llevo yo

-Podrías llamarlo algo así, si - Lo vi reírse mientras cambiaba de sentido para acercarnos más a nuestro destino.

El amor es solo una pérdida de tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora