Nuevo integrante

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Amelia

Habían pasado varias semanas desde que empezó el curso y por suerte he sabido cómo adaptarme a esta clase llena de renacuajos correteando por todas partes. Al principio pensé que ninguno de los pequeños se adaptaría a mi hasta después de un tiempo, pero para mi sorpresa al segundo día parecía que ya había conseguido su confianza y al parecer les encantaba pasar tiempo conmigo.

Mientras estaba explicando como se tenía que hacer la actividad que habíamos propuesto entre los monitores para hacer el día de hoy, Liam, un compañero del voluntariado y mi nuevo amigo, aparece por la puerta y me pide que salga un momento.

-¿Qué ha pasado? -digo nada más salir de mi aula

-La gerente me ha pedido que vayas a su oficina - Esa respuesta me había pillado por sorpresa, me esperaba cualquier cosa menos eso.

-¿Ha pasado algo?

-No, nada malo. Es que hay un nuevo niño al que quieren apuntar pero ya no hay casi sitio en la mayoría de clases. Me ha llamado a mi pero le he dicho lo mismo que los demás y me ha preguntado por ti, por si tienes hueco en tu clase.

Como me temía, siempre hay algún padre que apunta a sus hijos mucho más tarde de lo que deberían. Pero por suerte nunca me ofrecí voluntaria cuando esto empezaba a pasar en las primeras semanas ya que probablemente alguno tardará algún tiempo más en venir a apuntar a sus hijos, como es el caso de ahora.

-Bueno pues ahora voy, gracias Liam- Antes de poder dar un paso, Liam vuelve a hablar.

-Por cierto, esta noche nos vamos de fiesta con algunos de los del voluntariado, ¿te apetecería venir?

Me quedé un rato en silencio, no soy una persona que le guste salir mucho de fiesta pero no quería decirle otra vez que no a Liam como las últimas veces que me ha dicho lo mismo.

-Venga Amelia, vamos todos y seguro nos lo pasamos genial, y si quieres puedes traerte a tu amiga- Eso me había hecho cambiar de idea, con Sally a mi lado estoy más tranquila al ir de fiesta ya que con ella todo llega a ser más divertido.

-Vale, vale. Iré, pero solo hoy - dije no muy convencida pero ver a Liam contento me hace sentir mejor.

-No te arrepentirás de tu decisión te lo prometo,-estaba claro que estaba emocionado por esta noche, pero por suerte volvimos al tema de antes- ¿necesitas que me quede con los críos mientras vas a eso?

-Si porfa, no entienden la actividad y no están avanzando, ¿no te importa ayudarles mientras voy de verdad?

- Tira anda ya me ocupo yo de estos salvajes

-Eres el mejor sabes

-Porfavor dime algo que no sepa ya - dijo con una sonrisa que hizo que soltara una pequeña carcajada.

Dejé a Liam con los críos para ir con la gerente, que según me había dicho estaba en el patio con la madre y el niño. Para llegar al patio había que pasar por dos pasillos y uno de ellos estaba lleno de cuadros a su alrededor. Algo que me gusta mucho de este colegio es la antigüedad que tiene y lo moderno que puede llegar a ser a la vez, aún conserva alguno de los cuadros originales que se colocaron cuando se construyó hace más de sesenta años. Al salir por la puerta y verlas hablando me acerqué hacia donde estaban y al llegar me puse a hablar con ellas tranquilamente.

El niño era muy guapo, tenia un pelo de color negrizo y muy rizado y sus ojos eran de un color celeste con unos toques oscuros. Parecía un poco tímido ya que la mayoría de tiempo estaba detrás de su madre y cuando salía de detrás de ella y se daba cuenta de que le estaba mirando se volvía a esconder. En las manos tenía un oso de peluche y una flor pequeña que desde donde yo estaba parecía una campanilla.

El amor es solo una pérdida de tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora