La vida tienes formas curiosas en las que funciona...
Y ellos lo aprenderán.
Quién diría que de un momento desastroso naciera una amistad que prevaleceria con el tiempo.
Al igual que nacerá el amor en algunos
La relación que llevaban Bakugou y Mitsuya era para ojos de los demás extraña, y es que todo mundo conocía las personalidades de ambos, así que suponían que eran una pareja que siempre pelearía por cualquier cosa. Pero la verdad era distinta, y es que, aunque Bakugou fuera un alfa grosero, prepotente y egocéntrico, con el omega se comportaba como el ser mas dócil y tranquilo que podía existir.
Al igual que cosa que le dijera Mitsuya, cosa que Bakugou hacia sin rechistar, y así es como ya llevaban dos años juntos de una relación bonita y sana para sorpresa de muchos, hasta de sus amigos.
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Mitsuya se encontraba checando unos pendientes de la academia, debía terminar de checar los vestuarios para un concurso que se acercaba ya que el era el encargado de diseñarlos, no por algo también estudiaba diseño de modas. Tan concentrado estaba que no se había dado cuenta que sus feromonas empezaban a salir con intensidad hasta que Bakugou llego a su cuarto.
—Ey Mitsuya ¿Te sientes bien?— habló el alfa sorprendiendo al omega que no había notado cuando el cenizo llego.
—Oh, si ¿Por?— contestó el pelimorado extrañado por la pregunta de su alfa.
—Tu aroma Mitsu… ¿Cuándo es tu celo?— preguntó Bakugou mientras iba a checar el calendario para ver, normalmente el llevaba las fechas ya que Takashi no le ponía mucha atención a eso.
—Eh… Creo que falta una semana—
—Con razón tu aroma, será una semana complicada—
¿La razón? Simple, el omega cuando estaba ocupado, no se cuidaba lo suficiente; eso era peor cuando un evento se cruzaba con sus fechas, porque así menos tomaba las precauciones necesarias, además de que el estrés juntado con el desbalance hormonal que le daban, el omega se convertía en una bomba llena de emociones a punto de explotar. Así que como el buen alfa que era, debía de estar cuidando a su omega mientras él estaba ocupado.
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A la mañana siguiente Bakugou se encontraba en la puerta del cuarto de su omega con sus cosas, era normal que se mudara con el para su celo cuando este tenia muchas cosas que hacer y sabia que este no pondría de su ayuda. Entro sin tocar, como siempre, encontrando a Mitsuya aun dormido, lo más seguro se había desvelado.
Sin hacer ruido, acomodo sus cosas en el espacio que ya tenia en el closet para ocasiones como esa. El aroma a Lavanda ya se encontraba mas intenso por toda la habitación en señal del celo de su pareja.
—Ya llegaste Kats— habló el omega aun adormilado, había percibido el aroma a Geranio del alfa, lo que hizo que este despertara.
—Si, ya llegué amor— contestó el alfa quien se acerco a la cama donde el pelimorado se encontraba para darle un beso —Sigue durmiendo, yo acomodaré aquí ¿Ok?—
Mitsuya ni contestó, solo asintió con la cabeza y se volvió a acurrucar para quedarse dormido de inmediato. Había una serie de pasos que Bakugou seguía al pie de la letra cada vez que su omega estaba tan ocupado como para ocuparse de el:
1: Debía siempre mantener el cuarto limpio, al omega no le gustaba trabajar en el desorden, pero al estar tan ocupado no le daba tiempo de hacerlo por si mismo, cosa que lo estresaba.
2: Tenia que alimentar a Mitsuya a sus horas y cumplir los típicos antojos que a su omega le daba en el precelo.
3: Debía hacerlo tomar sus supresores para el precelo a sus horas, al estar ocupado no tenía la noción del tiempo.
4: No debía distraerlo, siempre debía ser silencioso, cosa que no era problema para el ya que disfrutaba del silencio.
5: Y ultima, si su omega pedía mimos, debía dárselos.
Muchos dirían que era demasiado exagerado lo que hacía, que su omega era un desconsiderado por hacerlo trabajar tanto, pero para él los demás podían meter sus comentarios donde les cupiera porque el lo hacia con todo gusto y por propia voluntad. Conocía a su omega, sabia que era alguien ocupado en las cosas que el mas amaba hacer, y así lo amaba, y todas esas cosas que hacia era su muestra de amor hacia Mitsuya y quien dijera lo contrario que se fuera al carajo.
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Los días fueron pasando con toda la tranquilidad que se podía tener en ese momento, los pre-sintomas no llegaron tan intensos como otras veces, así que el omega había estado en paz y sin contratiempos, cosa que el cenizo agradecía internamente, su omega enojado era de temer.
—¡Amor! Mimos— gritó Mitsuya quien se encontraba en el suelo alrededor de telas y patrones mientras estiraba los brazos hacia su alfa quien se encontraba frente a él leyendo.
Bakugou no dijo nada y simplemente se levantó para sentarse detrás del pelimorado y abrazarlo para hacerle mimos.
—¿Así está bien amor?— preguntó el alfa que a cambio recibió un coro de ronroneos, eso significaba que sí. Estuvieron un buen rato así hasta que el alfa empezó a sentir mucho calor y sentía como su omega estaba igual de caliente.
Eso significaba una sola cosa, el celo por fin había empezado.
—Alfa~ alfa— empezó a hablar el omega entre ronroneos mientras se restregaba sobre el pecho del cenizo e impregnaba su aroma.
—Ya se amor, ven— contestó el alfa abriendo los brazos para que el omega se abrazara a él y así poder cargarlo, cosa que el omega obedeció.
Como pudo Bakugou, levantó lo que había en el piso para dejar libre el espacio y así poder complacer a su omega como debía. Cuando terminó fue directo hacia la cama para recostar al omega, quien inmediatamente sintió la suavidad de las sábanas, lo jaló contra el para besarlo de manera desesperante.
Katsuki obviamente no se quedó atrás y correspondió al beso con la misma fuerza que su omega, siempre era una lucha por ver quien ganaba al ser ambos dominantes, y eso al alfa le encantaba.
Poco a poco fue despojando de la ropa al omega quien poco a poco dejaba salir sus instintos que pedían ser tomado, recorría sus manos por toda la piel blanca que en ese momento se sentía que quemaba a cada toque, escuchaba los pequeños jadeos que soltaba el omega cada vez que rozaba su piel con su lengua.
Cuando sintió idóneo decidió empezar a preparar la entrada del omega con sus dedos metiéndolos y sacándolos, podía sentir como el lubricante se desbordaba en grandes cantidades, no fue mucho tiempo cuando sintió que este ya estaba lo suficiente aflojado para poder recibirlo.
El omega cuando sintió como este sacaba sus dedos, volteo a verlo con sus ojos completamente oscuros —Tómame 𝗔𝗟𝗙𝗔~ Por favor—
El alfa solo le dio una sonrisa ladina —A sus órdenes, 𝗠𝗜 𝗢𝗠𝗘𝗚𝗔—
Bakugou complació a su omega en todo su celo como el se lo merecía, ya que para él, su omega era lo mas importante en su mundo, así que la gente podía seguir hablando, al final del día era lo que menos le importaba.
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