Capítulo 3

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Todos se acercan a echar un vistazo a la entrada, muy cuidadosamente asoman la cabeza a la vez y ven que simplemente era Kaji trabajando en sus cosas, ninguno sabía que eran todas aquellas herramientas. Kaji les saluda y explica un poco lo que estaba haciendo a esas horas.

–¡Buenos días chicos JAJA!, Como podéis ver este es mi taller, donde fabrico mis propias armas, sin ellas no podría haber sobrevivido tanto tiempo aquí– dice Kaji mientras va señalando los objetos y extraños artefactos.

Todos empiezan a darse vueltas por el taller toqueteando sin parar, pero Tama se aleja de ellos un poco, acercándose a un rincón muy oscuro, al fijarse más de cerca encuentra un arma tapada con un manto sucio y estropeado, desde la esquina de la manta se refleja la luz de la punta de lo que podría ser algún tipo de espada de color negro oscuro como la noche misma, pero a la vez robusta como una roca y afilada cual cuchillo de cocina. Con mucha confianza Tama decide levantar la manta y agarrar el arma, pero se sorprende al ver otra arma igual y a la vez tan distinta, de color blanca como la nieve pero frágil y pura como el rocío al amanecer. El conjunto de espadas eran tan preciosas que parecían sacadas del mismísimo Olimpo.

–Pesan más de lo que aparentan...– dice Tama mientras que se queda de pie admirando las dos espadas.

–HOOO veo que encontraste mi ultima creación, podría decirse que de ese tipo de espada es la mejor de todas las que he creado hasta ahora, espero que les des buen uso, la negra es "Schwarz" y la blanca "Weiss" trátalas como si fueran tus hijos– dice Kaji con un tono serio.

–Kaji, las armas...¿Podrían ser nuestras de alguna manera?– pregunta Daku. –Estas de aquí parecen estar hechas con mucha delicadeza y cuidado– dice Daku mientras admira el trabajo que hay detrás de las armas hechas artesanalmente.

–mmm...¡¡¡CLARO CON MUCHO GUSTO,SÍRVASE JAJA!!!– grita Kaji contento.

Todos se acercan a revisar cada arma del taller, Tasei encuentra una especie de katana hecha con huesos desconocidos, tenía un color oscuro aunque se iba degradando hacia la punta con tonos más claros y estaba tan afilada que solo con mirarla parecía como si estuviera desgarrando tu piel, sin duda una preciosidad.

–Es...preciosa– dice Tasei asombrado por la belleza del arma.

–Te doy toda la razón, es la katana más afilada de este taller sin duda ya que no está hecha de cualquier material...la forge con un diente de una de aquellas temibles criaturas. Cuando termine de forjarla tenía que nombrarla con un nombre ilegítimo el cual es..."Shishigari"– explica Kaji.

–Gracias Kaji, te prometo que está en buenas manos– agradece Tasei.

–¡Esa es la actitud JAJA! – grita Kaji orgulloso.

A lo lejos, Daku encuentra una enorme guadaña de color negro como el abismo y con un filo aterrorizante para cualquiera que la mirase. Su forma era extraña, parecía sacada de alguna película de terror. Al tocar el mango con sus manos, cambia radicalmente, parece nueva, como si Daku y ella tuvieran una resonancia juntos, algo especial...

–Esto es alucinante...– dice Daku asombrado.

–Como puedes ver, las espadas no son normales, es como si tuvieran almas propias, no se por qué pero la catástrofe oculta cosas, estos materiales que utilizo para las armas, son mágicos, pero a la vez espeluznantes al saber que pueden llegar a ser armas masivas de destrucción– dice Kaji.

Las armas de Kyoka y Naju eran como las anteriores, igual de misteriosas. La de Naju era una katana más corta que la de Tasei pero igual de poderosa contaba con un filo suave de color ceniza, el mango era muy distinto de las demás armas, era única, portaba un cascabel rojo atado con un hilo del mismo color. En cambio el arma de Kyoka era un Bisento hermoso, mango alargado y punta corta pero afilada como si de una hoja de papel se tratase, al mirarla fijamente Kyoka se da cuenta de que su arma también lleva algo distinto a las demás, era un lazo verde que hacia juego con el mango de color marrón y filo plateado. Después de un rato, Kaji les cuenta todo lo que sabe desde la catástrofe y les da provisiones a los chicos para retomar su camino, decidieron irse al siguiente amanecer.

–Espero que no nos falte mucho camino...– dice Naju.

Esto Nunca Tuvo SentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora