𝙎𝙤 𝙣𝙚𝙚𝙙𝙮, 𝙨𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙡𝙮: Like Fortnite, I'ma need your skin

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Jennie estaba descalza, con los tirantes de su vestido bajados, mientras se tambaleaba hacia la cocina en busca de algo que aliviará su malestar emocional. Abrió la alacena y tomó una botella de vino junto con una copa, sirviéndose un generoso trago para calmar sus nervios.

Al regresar a la sala de estar, Jubilee salió de su escondite, sorprendiendo a Jennie y causando que perdiera el equilibrio. La gatita, con su curiosidad característica, se lanzó hacia ella y atacó su pie, provocando que la actriz perdiera pie y cayera, derramando la copa y manchando la alfombra.

"Pequeña demonia", murmuró Jennie riendo levemente y suspirando mientras acariciaba a la gatita, cuyos ojos la observaban con curiosidad. Mientras se lamentaba por el accidente y la presión en su pecho debido a la ausencia de Lisa, encontró consuelo en la suave compañía de Jubilee, aunque su deseo de tener a su amada a su lado solo aumentaba.

Los ojitos de la gatita brillaban de emoción por la atención recibida, reflejando una chispa de alegría y curiosidad ante el contacto con Jennie.

Y así como brillaban los ojos de Jubilee, también brillaban los de Lisa cuando puso sus ojos sobre ella.

En aquel evento de cierre de campaña de Chanel, la conexión entre Lisa y Jennie fue instantánea y electrizante. Las miradas que se cruzaron entre ellas parecían hablar un lenguaje propio, cargado de deseo y complicidad. Desde el momento en que sus ojos se encontraron, supieron que algo especial estaba a punto de comenzar.

El ambiente glamoroso y sofisticado del evento proporcionó el telón de fondo perfecto para el inicio de su historia. A pesar de que todo sucedió rápidamente, cada momento compartido resonaba con una intensidad palpable. Las conversaciones por mensajes de texto después de la fiesta se llenaron de anticipación y deseo, con ambas compartiendo sus fantasías más íntimas y deseos más profundos.

Aquella noche marcó el comienzo de un viaje emocionante y apasionado para Lisa y Jennie, donde cada encuentro y cada conversación las acercaba más, profundizando su conexión y reforzando su amor mutuo. A partir de ese momento, estaban destinadas a explorar juntas un mundo de posibilidades y experiencias, alimentadas por la chispa que se encendió en aquel evento memorable.

Justo así sucedió cuando Lisa puso un pie en la puerta de la mansión de Jennie. Ella tenía copia de las llaves, pues prácticamente vivían juntas, aunque Lisa tuviera su propia casa. Había un vínculo tan profundo entre ellas que la idea de compartir un hogar parecía completamente natural.

Lisa llegó vistiendo un traje formal, con una camisa negra y un saco blanco que combinaba a la perfección con los pantalones blancos que llevaba.

Eran las tres y media de la mañana cuando Lisa caminó con cuidado y en silencio hasta la sala de estar de la mansión. Al entrar, se encontró con aquella escena inesperada: Jennie sentada en la alfombra, rodeada de un desastre de vino derramado y la gatita, Jubilee, muy feliz y despreocupada, como si estuviera disfrutando de un juego.

Jennie alzó la mirada, sus ojos enrojecidos revelaban el rastro de lágrimas recientes, y parecía deshecha cuando los posó en la figura de Lisa que acababa de entrar.

Se levantó del piso con intención de ir a su cuarto a encerrarse. Intentó no caerse mientras caminaba, Lisa detrás de ella.

Antes de que pudiera dar un paso más hacia la habitación, Lisa se acercó rápidamente y le agarró el brazo suavemente para detenerla. Jennie reaccionó con molestia ante el contacto, instintivamente tratando de zafarse.

"Suéltame", murmuró con voz entrecortada, su tono reflejando su frustración y vulnerabilidad.

Lisa, manteniendo la calma y suavizando su expresión, hizo un esfuerzo por transmitir comprensión y empatía. "Jennie", la llamó con voz suave, buscando su atención y esperando poder ayudarla a lidiar con lo que sea que la estuviera perturbando.

AGORA HILLS - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora