Bienvenida al infierno

5 0 0
                                    

Dicen que cuando mueres ves la luz, o toda tu vida pasa frente a tus ojos, o ves a tu abuelita en el otro lado saludándote. Bueno, yo no vi la luz, mi vida no pasó frente a mis ojos y ni siquiera tengo abuelita, así que no, solo oscuridad. Hasta que, de un momento a otro, caí y bastante fuerte, debo decir.
Para ser honesta, no tengo ni la menor idea de dónde rayos estoy, pero tengo algunas sospechas. Digo, cielo rojo, mucha gente gritando y bueno, en realidad, calor no hacía, ¿pero es bastante claro lo que está ocurriendo, no? Sí, al parecer esto debe ser el tan temido y anhelado infierno.
Si me preguntas si tengo miedo, en realidad no. Nunca he creído en esto de las cosas buenas y las cosas malas. Digo, las cosas son solo eso, cosas que decides hacer para tener una buena vida y pues ya es bastante tarde para arrepentirse.
Pero por ahora es importante saber dónde rayos estoy y qué ocurrirá conmigo.
Si tuviera que describir el lugar donde caí, diría que parece una especie de hueco o acantilado donde al parecer hay bastantes personas, así que probablemente por el hecho de que todos tenemos la misma cara de sorprendidos, confundidos o algunos incluso cagados del miedo, quiere decir que probablemente acabamos de llegar todos a este bello lugar.
Admito que, a pesar de lo mal que se pueda ver esta situación, de hecho se me hace algo divertida. Quiero decir, hay una gran cantidad de idiotas gritándole a quién sabe quién que no merecen estar aquí, otro gran porcentaje no entiende qué está pasando y luego están, claro, los que no creen en nada de lo que ocurre.
Después de unas dos horas de estar en un lado viendo cómo las personas se pelean hasta la muerte entre sí y otras se desesperan y enloquecen, se oye una voz que yo fácilmente describiría como la típica voz de un trabajador que presenta alguna especie de atracción a niños pequeños, pero se nota que detesta su trabajo. Sabes, algo como aburrido y con muy pocas palabras.
"Bueno, vamos a hacer esto rápido. Bienvenidos todos al infierno. Como saben, probablemente hayan muerto en los últimos días y han llegado acá. Donde se encuentran ustedes es el barrio del purgatorio, donde llegan las almas nuevas, y ahora, sin más que decir, jódanse todos", se escuchó.
El tipo de la voz era una especie de cabra con cuerpo de humano, pero más pequeño, de un modo extraño y espeluznante.
Una vez que el extraño hombre cabra se fue, me doy cuenta por primera vez de que la apariencia de todos es diferente, y hay bastantes que ni siquiera parecen humanos.
Hay algo que parece ser una especie de insecto humanoide bastante grande y de color azul, otro que parece ser una especie de barro con ojos y boca, otros más normales como humanos con tres ojos que miden 5 metros o humanos con partes de animales, quiero decir, hay de todo un poco.
Fue ahí cuando pensé por primera vez en cómo sería mi apariencia. Quiero decir, cuando morí, estoy segura de que no había de verme para nada bien en esos últimos momentos, así que me da bastante curiosidad el saber cómo soy ahora. Y de hecho, también he de reconocer que siempre me ha importado mi apariencia, como para que después de cuidarla tanto en vida, llegue a ser fea en muerte. A eso sí que le llamaría un gran castigo.

Me acerqué a un gran lago de sangre que había salido de uno de los idiotas que ya se había puesto a pelear y traté de mirarme en el espejo lo más que pude. ¿Cómo explicaría que era la misma pero también era muy diferente? Primero que todo, podía ver que el color de mi cabello había cambiado y ahora era de un hermoso color carmesí, igual al de el pequeño charco que me estaba reflejando. Seguía siendo igual de largo, estaba más o menos corto hasta los hombros. Mis ojos fueron los más increíbles, pues también estaban completamente rojos, tal vez un poco más oscuros que el mismo cabello y en vez de tener la parte de color blanco, eran negros. En cuanto a mi piel, se veía bastante pálida, mucho más de lo que ya era en vida. Esto, debo admitir, me sorprendió, pues para la forma en la que morí, o es una coincidencia bastante irónica o en realidad mi apariencia tendrá que ver con el cómo he de morir, lo que también tiene bastante sentido.
Por otro lado, lo que más diferente era y me hacía ver igual de monstruosa como los demás era mi boca, que ahora era mucho más grande y estaba llena de dientes afilados. En cuanto a mi ropa, tenía lo mismo con lo que había muerto: una blusa y unos pantalones ya bastante rasgados de color negro. Lo único diferente era que sobre mi cabeza tenía una máscara completamente blanca que solo tenía los dos agujeros de los ojos, que por una coincidencia que dudo que sea coincidencia, encajaba perfectamente con mis ojos.

Antes de seguir observando más detalles, se oyó un fuerte grito (más de lo común en este sitio). Parece que es buen momento de ir buscando a dónde más ir y así evitar morir por segunda vez a manos de unos estúpidos.




MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora