Ocho increíbles personajes se verán abrumados en un mundo caótico y lleno de conflictos esperando sobrevivir al furor de la guerra. Ninguno esta esperando a dejarse aniquilar, algunos de ellos están dispuesto a luchar por sus tierras, ideales, su ge...
En el capítulo anterior, Oscar se había infiltrado en la biblioteca de una villa. Su objetivo es robar un pergamino para cumplir un requisito e ingresar a una hermandad de pícaros. Sin embargo, no todo salió como planeó y se armó por completo una situación en la que Oscar se encontraba rodeado por dos implacables soldados y otros dos posibles grandes combatientes...
- a... supongo que no... me van a dar chance ¿verdad? – Dice Oscar.
- Cierra la boca... Ahora mismo el único derecho que te daremos es a elegir... Calabozo o muerte. – Dice uno de los guardias.
Estos estaban armados con lanzas de combate.
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No parece que iban a titubear y cada vez se estaban acercado más a Oscar.
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- No tengo ganas de contenerme, así que tienes 3 segundos para tirarte al suelo. – Dijo uno de los guardias.
- ¿Saben qué? Váyanse al diablo... ahora mismo no me importa morir... (Oscar en la mente: Espero estar seguro de eso que dije...). Llegué muy lejos como para rendirme ahora. – Decía Oscar con mucha confianza por fuera... pero con miedo dentro de él.
- Como quieras... - Dijo de uno los guardias, para luego ambos abalanzarse contra Oscar.
Oscar con la adrenalina al máximo, logró contorsionarse lo suficiente como para esquivar los dos ataques que provenían contra él. Sin embargo, los guardias aun continuaban atacando.
Blandeaban sus lanzas para lograr atinarle una apuñalada a Oscar, pero no podían atinarle. Los reflejos de Oscar simplemente estaban a otro nivel, eran muy similares al nivel de un felino.
Ericka y Alexa quienes observaban la riña se veían bastante intrigadas con los movimientos de Oscar. Entonces, llegaron a la conclusión de que Oscar no era un ladrón cualquiera, por lo tanto, debían de estar preparadas.
Por otra parte, los guardias aun seguían atacando a Oscar, Oscar lo que podía hacer por el momento solo era esquivar y bloquear con los cuchillos que Kent le dio. De cierta forma el tamaño y la especie de los guardias no ayudaba mucho pensaron las chicas, después de todo solo son dos Osos algo... pasados de peso.
