OO . I'm just too soft for all of it

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17 de abril de 1

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17 de abril de 1.997  ——   Alaska

El día había empezado con total normalidad para la infante, se había despertado cerca de la mañana por el ruido de la cafetera y las risas de sus progenitores.

El olor al café se sentía en toda la planta baja, las ventanas estaban empañadas por la baja temperatura que hacia en el exterior, los tacos de su madre sonaban contra la madera del suelo y su padre se paseaba por toda la casa buscando quien sabe que cosa, al igual que lo hacía siempre por las mañanas.

Su niñera, que había llegado minutos antes, subió al oirla salir de su cuarto y la ayudó a vestirse antes de que su madre y su padre se marcharan al trabajo, a la misma hora de siempre.

Todo sucedía con la misma normalidad que todos los días.

Ya eran pasadas las tres de la tarde, Jeanette y Eva se decidieron por armar un nuevo rompecabezas en la mesa ratona del comedor cuando el estruendo de la puerta siendo brutalmente arrancada de las bisagras las espantó.

Los apresurados pasos de los intrusos se acercaron con rapidez hasta la sala de donde las castañas intentaban salir.

El grupo se dividió y pronto la morena fue separada de la niña y arrastrada por dos de los gigantes hombres que habían allanado la propiedad.

—¡Dejenla!, ¡No la toquen! —gritaba mientras seguía forcejeando para llegar a pequeña Martin y evitar que se la llevarán.

—¡Eva! —gritaba Jeanette mientras la sacaban de la casa a la fuerza.

La niña dejó de oponerse al grupo cuando oyó el sonido del disparo, el cuerpo de Evangeline cayó al suelo en cuestión de segundos. La infante no era capaz ni de parpadear mientras veía el hoyo que chorreaba sangre en la frente de la adolescente que se había encargado de ella en la ausencia de sus progenitores por los últimos tres años.

 La infante no era capaz ni de parpadear mientras veía el hoyo que chorreaba sangre en la frente de la adolescente que se había encargado de ella en la ausencia de sus progenitores por los últimos tres años

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