Capítulo 2 - Blanca rosácea y verde esmeralda

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Bella.

Me encantan sus besos.

Me separo un poco y la veo sonrojada, con los labios hinchados y el cabello alborotado.

—Te ibas a ir sin darme un beso —le reclamo.

—Pensé que estabas enojada conmigo —se defiende, haciendo un puchero, que en otra persona me parecería estúpido pero en ella me prende.

La jalo del brazo y cae encima de mis piernas en la silla, se quita la chaqueta tirándola no sé a dónde y por el top que trae veo que se reflejan dos pequeñas protuberancias.«Dios»

«No lleva sostén»

Empiezo a besarla con urgencia, pareciésemos que tenemos años sin vernos, me separo un poco de ella y puedo ver lo que quiere con la mirada que me dedica, el deseo que siente, la necesidad de que la devore, que le coma el coño como le gusta.

Le digo adiós a mi autocontrol, vuelvo a besarla con más ansias mordiéndole el labio inferior suavemente, lo suelto mientras bajo por su cuello lamiendo cada centímetro de su piel blanca. Bajo el top, ansiosa de ver mi segunda parte favorita de su cuerpo.

«Sus senos» Saltan al aire; redondos, grandes, con aureolas rosáceas.

Los chupo, uno primero mientras pellizco el otro. Los lamo y succiono marcándolos. Sí fuera por mí me quedaría toda la tarde así. Con ella.

—Me encantas —susurra excitada.

Y no me besa, me devora con su boca, trazando una danza feroz con nuestras lenguas.

Jade, mi hermosa jade.

Tenemos un años juntas, sabe casi todo de mí así como yo de ella. Sabe lo que me gusta, lo que odio, mi color favorito, comida favorita y ese tipo de cosas.

Estar con ella me da cierta paz y tranquilidad, aunque sus celos aveces son muy intensos. Igual me importa y la quiero.

No somos una pareja formal, nadie sabe que nos acostamos y sí lo saben se hacen de la vista gorda, «mejor para ello» ni siquiera en el año que tenemos le he pedido que sea mi novia, pareja o lo que sea. Siempre le he dicho qué estamos bien así, si ningún tipo de apelativo estúpido. Ese tipo de cursilería no va conmigo, la pasamos bien, me importa, la quiero y listo.

—Tócame amor —dice sacándome de mis pensamientos.

Esa falda que trae tienta a cualquiera con las piernas que se carga, con prisa se la subo hasta la cintura dejándola solo en bragas negra de encaje, conduzco mi mano llegando a su centro haciéndolas a un lado.

«Dios mío»

Está tan mojada, tan exquisita, tan caliente, tan dispuesta que no pierdo tiempo quitándole las bragas introduciendo dos dedos en su interior.

Chupo su otro seno, mientras muevo mis dedos en su coño. Los saco, los meto, hago círculos que solo la ponen más húmeda. Opto por poner mi pulgar en su clítoris y lo masajeo lento con movimientos suaves.

Disfruto de su humedad añadiendo otro dedo masturbándola, jadea, gime pero ni por eso me detengo, la secretaria debe de estar almorzando y si alguien de afuera escucha que se joda si quiere. Qué escuche el que quiera escuchar y el que no, que se tape los oídos.

Puede ser que me vea como una doble moral con lo estricta que soy pero eso no me importa, ahora solo quiero disfrutar de la mujer que tengo encima mojándome con los fluidos que salen de su rosado coño.

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⏰ Última actualización: Aug 16 ⏰

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