EL regreso de los 7 arcángeles parte 1(Azrael, Miguel, Gabriel)

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A pesar de que Azrael había dicho que tenia que terminar algunos asuntos antes de poder ir a revisar ese hotel al infierno, si de verdad estuviera siendo estrictamente sincero y objetivo, realmente no tenia que hacerlo y tampoco era tan importante como para tener que aplazar la visita, pero era algo que quería hacer, la ultima vez que había tenido oportunidad de estar en el cielo había sido hace ya casi diez años cuando le fue asignada una nueva alma para su coro y debido a que era el arcángel de la muerte encargado de juzgar y llevar a las almas al cielo o al infierno, su labor incluso si Dios no lo hubiese convocado junto a el, hacia que el 99% de su tiempo estuviera en la Tierra.

Aunque no lo parecía estaba emocionado. Caminaba por las calles del cielo en dirección a su palacio en un intento por calmarse en lugar de ir volando, pues pese a que en apariencia parecía serio y estoico, por dentro su corazón latía como loco, quería ver a sus hijas, aunque realmente no lo fueran, sino mas bien eran almas humanas que tras morir y ascender al cielo eran asignadas a su coro, no era algo que pasara con todas las almas humanas pero sabia con certeza que todos los arcángeles tenían un coro además de varias legiones con ángeles de la guerra que habían sido nacidos y entrenados en el cielo. En su caso su coro estaba conformado exclusivamente por mujeres y su legión de hombres, aunque aun no sabia el porque, ni tampoco se había preguntado la razón, seguramente Dios tendría sus motivos para hacerlo de tal manera, pero desde el momento en que las primeras almas le fueron asignadas, no pudo evitar encariñarse, pues el mismo había sido el encargado de llevarlas al cielo cuando murieron y aunque entre ellas había quienes habían logrado tener buenas vidas libres del pecado, algunas habían vivido verdaderas tragedias que el no podia culparlas por pecar en contra de quienes las había agraviado tanto, pero de haber tenido que hacerlo las hubiera llevado al infierno, sin embargo estas chicas se habían arrepentido profundamente del mal que habían hecho  y por eso se habían ganado su redención en vida.  Es así que el cariño fue instantáneo y con el tiempo su relacion con ellas paso de ser la típica entre los arcángeles y su coro, a una unión fraternal muy fuerte y siempre que una de ellas llegaba le encargaba a Jofiel o a Baraquiel que lo cubrieran durante un año para que la nueva integrante comenzara a familiarizarse con el y el resto del coro. 

Maldita sea Adán, maldita sea Sera - Pensó Azrael pero queriéndolo gritar lo mas fuerte que pudiera. Sabia que no debía guardarles rencor, pues Sera ya había recibido una penitencia y Adán estaba muerto atrapado entre la inexistencia y la condena eterna, lo que parecía ya un buen castigo, pero no podia evitarlo. Adán sabia acerca de los traumas que algunas de sus hijas tenían, pues a pesar de que ahora estaban en el cielo, muchas no podían olvidarlos tan fácilmente y Adán lo sabia. El como las había convencido para que lo acompañaran a hacer su exterminio, era algo de lo que no podia estar seguro y solo podia hacer conjeturas, pero conociendo a Adán y el gran manipulador que podia llegar a ser, no era descabellado ni demasiado difícil llegar a una conclusión. 

Azrael había notado (aunque Adán había hecho un muy buen trabajo intentando ocultarlo) que cuando el no estaba, desgraciadamente era casi siempre, Adán pasaba demasiado tiempo junto a su coro, y siempre que lo encontraba con ellas, se ponía tan nervioso que era evidente que ocultaba algo. Al principio no le dio demasiada importancia pues al ser el líder del coro y presentarse ante ellas sin consultárselo estaría rompiendo alguna que otra regla, no una muy importante pero no era bien visto saltarse las reglas. Azrael no quería armar un escandalo por algo tan pequeño y tampoco es que viera en Adán una amenaza, por que si hubiera sido así el mortal no hubiera podido esconderle nada, así que lo dejo pasar sin mas, pero ahora se lamentaba de no haberlo interrogado aunque sea solo una vez, por que de ser así, tal vez hubiera descubierto si Adán las estaba manipulando, con alguno de sus traumas y las había convencido para hacer su exterminio. El era demasiado influyente en el cielo por ser el primer hombre, aun mas de lo que Azrael estaba dispuesto a admitir, por lo que si Adán decía algo la gente solía escucharlo, pero si se había atrevido a tal cosa, Azrael solo podia desearle que el sufrimiento que estaba sintiendo su alma en ese momento de incertidumbre durara eternamente. Intento reprimir esos sentimientos con mucho ahínco, pero por mas que lo intentaba, nuevamente llegaban a su mente imágenes de Adán riéndose de sus hijas, llamándolas ingenuas y demás insultos.

Hazbin Hotel: Intervención DivinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora