CHEMO ── JAYDICK

⠀⠀⠀⠀✩✩✩ | CHAPTER SIX

Se encontraron en el café del centro comercial, Dick lo esperaba de pie, y con un regalo sorpresa en sus manos, envuelto en papel madera.

Al verlo llegar lo saludó con alegría y corrió hacia él, deteniéndose a medio metro, deteniendo las ganas de darle un beso, ya lo habían regañado por haberlo besado, así que se detuvo frente a él, y sin decir nada al respecto, Jason ya sabía que no podía hacer esas cosas y para eso venía preparado.

—Tengo esto —dijo el mayor, y sacó de su bolsillo una pequeña plancha de stickers que había visto en un puesto de juguetes infantiles en la entrada del centro comercial, esta era de besos y corazones.

Dick rió con esa ocurrencia, mientras Jason rompía el paquete y tomaba un beso, una marca de labios de color rojo y pegaba el sticker en la mejilla del Dick, haciendo que se ruborizara.

—Y-Yo... También te traje algo —murmuró Dick, rojo hasta las orejas, y extendió el regalo hacia él, Jason lo miró un momento antes de tomarlo.

Rompió la envoltura con cuidado y tomó el gorro color rojo con negro y sonrió como un tonto.

—Yo lo tejí —dijo Dick, y Jason asintió, porque lo sabía—. Y también combina con el mío.

Los ojos de Jason fueron hacia el gorro nuevo que tenía su compañero en ese momento, del mismo color negro pero con azul, idéntico al suyo.

—¿No te molesta compartir algo así ni nada, no? ¿Es muy rápido?

—Es genial —Lo interrumpió Jason.

Dick soltó uno de sus ruiditos y Jason sonrió más ampliamente.

Se quitó su gorro de siempre, el que según Dick era la tapa azul de una botella, se sintió incómodo al tener su cabeza calva expuesta hasta que se colocó el gorro de lana rojo.

Miró a Dick, a sus ojos color azul, estos tenían un brillo raro y hermoso que Jason no podría describir.

Nadie lo había mirado de esa manera en su vida.

—Eres muy hermoso, Jason —dijo Dick, por lo bajo, casi un murmullo.

—Tú eres lo más hermoso, Dick —Imitó Jason.

Y de nuevo el menor rió como un niño, con alegría sincera.

Jason tomó su mano y comenzaron a caminar por aquel centro comercial, preguntándose mutuamente qué querían hacer en esa cita, aunque ninguno tenía idea en verdad, y sólo querían pasar el rato juntos, haciendo algo o haciendo nada.