Amor es amor. || KiriDeku [Pausada]

•Capítulo uno•

— Kirishima. — Llamó Fatgum. — Ya decidí como harás tu práctica para tu licencia.

— ¿Es en serio? — Preguntó emocionado el joven. — Haré cualquier cosa, debo ganarme mi licencia. — Eso era muy masculino.

Eijirō Kirishima era uno de los aprendices de Fatgum, y este debía decidir como lo entrenaría para entregarle su licencia de héroe profesional.

— ¿Has escuchado sobre la nueva gran captura?

— Sí, la dieron en la televisión. Esa sobre que atraparon a varios miembros de la liga de villanos. ¿No? — El mayor le dió la razón.

— Esa misma. Están buscando a alguien que pueda hacerse cargo de cada villano capturado para tenerlos bajo vigilancia el tiempo de su reformación. — Había una nueva ley, todos los villanos atrapados debían de ingresar a un proceso de reformación para convertirlos en ciudadanos japoneses otra vez.

Eijirō no sabía que pretendía su maestro en contarle todo eso. — ¿Y eso que tiene que ver con mi práctica?

— Que tu cuidarás de un villano, Deku. — El más joven puso una cara de impresión. — Y serás responsable de cualquier cosa que haga. Más simple, tu eres su tutor legal durante el proceso.

— ¿¡Qué!? Deku es uno de los villanos más famosos, me cortará el cuello en cuanto tenga oportunidad. — Tembló de solo imaginar eso.

— ¡Se que podrás manejarlo! — Le dió unas palmadas en el hombro a su alumno. — Debes ir hoy al reformatorio ¡Suerte! — Y sin más su maestro se fue.

Eijirō quedó plasmado en su lugar. Deku era uno de los asesinos en serie más buscados de Japón que fue capturado hace poco. ¿Cómo iban a darle esa responsabilidad a un simple novato como él?

Aunque por otro lado, que le hayan asignado ese pez gordo lo hacía pensar que confiaban en él y sus habilidades. Así que partió camino hacia el lugar donde debía ir.

¿Qué era lo peor que podía pasar?

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Al llegar al reformatorio, le asignaron una ficha con los datos sobre su ahora "criatura" o por lo menos así les decían.

Caminó por los pasillos de la instalación hasta llegar a la recámara de Deku. No sabía como comenzar así que abrió la puerta con su mejor sonrisa.

Vió como en la sala había una especie de ventana que separaba al chico de él. Había una silla y otra al lado contrario.

— Hola. — Saludó algo nervioso pero con su típica actitud positiva. Veía como el menor estaba sentado en la silla con la capucha puesta sin moverse, no podía apreciar su rostro.