Vuelve ese amor.

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Miro a Dong, con rabia quisiera destrozarlo con mis propias manos, hacerle pagar por esta infamia, me cuesta creer que él que es como un padre para mi pudo hacerme algo así, ni siquiera viendo como moría cada día por haberla perdido tuvo un mínimo grado de compasión.


—Por favor perdóname, necesito tu perdón para poder morir en paz —No sé cómo siquiera se atreve a pedirlo.


—Que te perdone dios, buda o en lo que creas, si es que crees en algo, porque yo no puedo perdonarte, jamás lo voy hacer, por tu culpa perdí al a amor de mi vida y me perdí la dicha de saber que sería padre, de ver crecer a mi hija en el vientre de su madre, de verla nacer y crecer, por tu culpa ambas han estado lejos de mí y desamparadas, así que ni se te ocurra volver a pedir mi perdón, porque eso no pasara y agradece que estas postrado en esa cama, que si no sería capaz de matarte con mis propias manos —Le digo lleno de rabia y salgo de ahí, antes que no sea capaz de contenerme.


Al salir no puedo controlar mi rabia y estrello mis puños contra la pared, las lágrimas salen por si solas, la rabia, la decepción y el dolor que estoy sintiendo en estos momentos me sobre pasa, haber sido apuñalado de esa manera por una de las personas que más confiaba en la vida duele, duele saber que quien creí que me quería con a un hijo haya sido capaz de causarme tanto dolor y alejarme de lo más importante de mi vida.


Busco de inmediato el teléfono de ese maldito investigador, necesito que me envía ya mismo toda la información que tenga sobre mi Doremi y mi hija, tarda en tomar mi llamada y eso solo hace que mi rabia aumente.


—Quiero en mi correo ya mismo toda la información que tienes sobre Doremi y mi hija y no me salgas con pretextos estúpidos que ya sé que Dong, te ha estado pagando paraqué me ocultes la información, así que, si no quieres que acabe con tu reputación y tu vida, envía ya mismo lo que te pedí —No dejo que siquiera diga una sola palabra y cuelgo.


Salgo del hospital y no sé qué rumbo tomar me siento tan frustrado reviso mi celular y que llega una notificación de mi correo, es la información que envía el investigador, no resisto más y para el auto para verlo que mando, lo primero que veo es una fotografía de ella, con su linda pancita, mi corazón se acelera y las lágrimas vuelven a salir, se ve tan hermosa, contemplo por un largo rato esa imagen, dejo el celular aun lado y golpeo con fuerza el volante, esto es tan frustrante, quisiera ir ya mismo a buscarlas.


Me tranquilizo y me voy directo a mi apartamento, necesito revisar bien toda esta información para saber que hare. Reviso con calma y veo que ella estuvo un tiempo en un estado fuera de la ciudad, pero no tardo mucho en regresar, ya con su pancita crecida, supongo que pensó que yo, ya no la buscaría.


Solo hay información hasta hace dos años de ahí ya no hay más, supongo que, a Dong, ya no le intereso saber más y eso me llena aún mas de rabia, si, siquiera hubiera estado pendiente de ellas, pero solo se aseguró de que yo jamás las encontrara y ya.


Vuelvo a marcar al investigador y le pido que vuelva a la búsqueda necesito saber dónde están y que ha pasado con ellas, le dejo claro que esta vez no puede ocultarme nada y que si, siquiera se atreve será su fin, él sabe que tengo poder y que si me lo propongo podría hundirlo.


Vuelve a mí la angustia, la necesidad de verla de preguntarle ¿Cómo pudo ocultarme a mi hija? ¿Por qué se dejó convencer por Dong?, ¿Por qué nunca confió en mí, en mi amor?, yo hubiera dejado todo por ellas, no hubiera importado nada, pero ella prefirió dejarme y alejarme de mi hija, eso no se lo voy a perdonar, podría perdonar su abandono, pero no que me ocultara a mi hija, eso no.

El idol enamorado de su fanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora