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capítulo 4

Frívolo

Shen Mian tuvo una pesadilla.

Soñó que Chu Chi Yan le clavo en la cabeza su espada.

No solo se la clavaron en la cabeza, sino que también quería suicidarse.

Destrozado en pedazos.

En el momento en que el cuchillo estuvo a punto de caer sobre él, se despertó asustado y jadeó violentamente en el pecho.

Se llevó las manos a los ojos y los miró: estaban intactos.

Vale, vale, es sólo un sueño.

Se sentó y descubrió que aquel parecía ser su propio dormitorio.

¿Eh? ¿Podría ser que Dayue aún no haya sido destruido y Chu Chiyan sea solo un sueño suyo?

Levantó la colcha y cuando vio la ropa rota que llevaba, se dio cuenta de que aquello no era un sueño.

Chu Chiyan simplemente lo sorprendió y luego lo enviaron aquí para descansar.

Shen Mian estaba desesperado.

Se dejó caer en la cama, sin querer volver a levantarse nunca más.

Sin embargo, fue bastante extraño que Chu Chiyan no lo matara.

Tal vez querían seguir la trama del libro original y enviarlo a Daqing para que fuera prisionero durante unos años y luego muriera deprimido.

Pero según su temperamento, no debería estar deprimido.

¿Qué pasa si no puedo morir para entonces?

"¿Estás despierto?" Mientras Shen Mian pensaba frenéticamente, se escuchó una voz inusualmente abrupta y fría, lo que lo asustó, se quitó inmediatamente la manta y se sento.

Solo se sentó. En cuanto a por qué estaba envuelto en una colcha... Shen Mian no lo sabe.

Chu Chiyan era el que estaba ahí, tenía una leve sonrisa en su rostro, pero sus ojos no tenían fondo, lo que hizo sudar a Shen Mian.

Este perro realmente tiene el potencial de ser un tirano.

La cama de Shen Mian era muy grande, y cuando Chu Chiyan se acerco, todavía había una gran distancia de Shen Mian, que estaba acurrucado dentro.

Miró a Shen Mian y luego extendió la mano: "Ven aquí".

Shen Mian naturalmente se negó. ¿Por qué? Si me pides que vaya y voy. ¿No sería demasiado vergonzoso para mí?

Además, la imagen de Chu Chiyan matándolo en su sueño todavía persistía en su mente, por lo que no tuvo las agallas para ir allí.

Sacudió la cabeza.

Lo rechazo.

Aunque la expresión de Chu Chiyan no cambió, Shen Mian sintió que ya estaba un poco enojado, porque su rostro no era bonito, sus ojos eran un poco peligrosos y el aire a su alrededor parecía estar pesado.

Estaba un poco asustado, pero no quería ir al lado de Chu Chi Yan.

Era como si una persona claustrofóbica estuviera repentinamente encerrada en un espacio reducido .

Es espeluznante sólo pensar en ello.

Chu Chiyan: "Shen Mian, no me gusta decir las cosas por segunda vez", sonrió fríamente y amenazadoramente: "Si quieres morir, puedo ayudarte".

Shen Mian se dio cuenta de que no estaba bromeando, y que realmente era posible que lo matara e ir a ver al Rey del Infierno, ahora, aunque no quisiera, no tenía más remedio que avanzar hacia él.