Su cuerpo fue arrastrado por los dos ángeles a toda velocidad hasta estampar su cuerpo en una montaña, causando una enorme vibración en la tierra.
- ¡Tú no puedes interferir Rakshasa! - Uno de ellos la apuntó con su lanza.
- Pero mira quién ha venido. - Lisa sonrió con superioridad. - La digna Nayeon, junto a Sana, ¿Dónde ha quedado Momo? ¿Sigue en el suelo del hospital?
Fueron hacia ella a toda prisa tomando su cuello.
- ¡¿Quién te crees que eres Rakshasa?! ¡No puedes interferir! ¡Pagarás por dañar a ese humano! - Lisa tomó su brazo como si no fuera nada y lo apartó de su cuello.
- Alguien que no se rige por unas estúpidas leyes sin sentido, alguien que no duda en ayudar y matar si lo cree necesario. - Golpeó su pecho, tan fuerte fue el golpe que la envió a varios kilómetros de distancia.
Sana se aproximó hacia Lisa con toda su furia, sin esperar que esta fuera protegida.
Un cuerpo emergió de una oscura neblina, dos espadas azules detuvieron su lanza con un estridente sonido, y unos ojos oscuros se alzaron frente a ella.
- Somi... - Fue lo último que pudo murmurar aquel ángel ampliando los ojos.
- Hola. - Dijo con gracia asestando una patada en su pecho que la envió de igual forma que a Nayeon. - No me gusta que te diviertas sin mi.
- No estaba previsto.
- ¿Puedes explicarme que hiciste para enfadar a dos ángeles?
- Golpeé a un humano.
- ¡¿Eh?! ¿En serio? ¡Mierda! ¡Ojalá hubiera estado para verlo! Debí venir con Jisoo.
- Mejor no, también hubieras intervenido. - Somi la miró con una ceja alzada, sentía una poderosa curiosidad por saber que pasaba por la cabeza de su amiga.
- ¡No tenéis derecho a esto! - Los dos ángeles se abalanzaron sobre ellas con toda su furia, pero recibieron el golpe como si nada, deteniendo sus brazos.
Lisa sujetaba a Nayeon, propinando tal cabezazo en su frente que de inmediato la hizo sangrar.
- Tú a mí no me das órdenes, ser miserable. - El amarillo volvió a sus ojos y la miró con superioridad.
El ángel estaba de rodillas en el suelo, observando los ojos decisivos del demonio ante ella, no había nada que pudiera hacer, su destino estaba escrito y lo supo cuando Jisoo apareció allí.
Miró a su lado, Sana estaba en el suelo, tratando de levantarse, de su cabeza brotaba sangre, su final había llegado y con el la guerra entre dos mundos.
- No me mires así, yo no soy tan patética como vosotras. - Habló Lisa. - No vamos a mataros. - Aquellas cuatro palabras dejaron sin respuesta a los ángeles que se veían confusos.
- Si queréis empezar una guerra, adelante, pero vosotros, los dignos ángeles, no nos dais ordenes a las Señoras de la Oscuridad. - Habló Somi apuntando con su espada.
- Esto... Llegará a oídos del resto... Es solo... Cuestión de tiempo... La guerra llegará... Y con ella... Vuestra caída... - Pronunció Nayeon sin fuerza.
- Cuidado angel, tú caída desde los cielos puede ser más dolorosa. - La lúgubre voz de Jisoo fue la que habló. - Nosotras ya caímos, y eso no fue lo más doloroso... - Las tres mujeres desaparecieron entre llamas negras.
Fueron al mundo de las sombras, donde la luz del sol no llega y en su lugar alumbran los farolillos japoneses en luces tenues, anaranjadas, rojas y amarillas.
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SEDUCIDA POR LAS SOMBRAS [JENLISA&CHAESOO]
FanfictionLisa decide viajar al mundo terrenal al ver el sufrimiento en una pobre anciana, y al conocer a su nieta, Jennie, quien es maltratada cada día, decide inteferir, rompiendo una de las reglas del mundo espectral. ¿Qué clase de guerra se podría desatar...