Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto
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Capítulo 22
La ceremonia de compromiso había terminado. Se dieran cuenta Naruto y Sakura o no, ya había terminado cuando ni siquiera habían soltado su anhelante abrazo. Nadie se atrevió a interrumpirlo y el anfitrión puso fin rápidamente al lloroso compromiso.
Uno a uno, los invitados se retiraron con Sakura y Naruto aún abrazados mientras sollozaban. Una a una, las heridas de su corazón se fueron deshaciendo. Se curaron lentamente con las muchas lágrimas que derramaron.
Ino sólo podía contener sus lágrimas para no caer demasiado. Shikamaru, que estaba detrás de ella, parecía muy conmovido. Después de todo, cualquiera que vea esto, sabrá y comprenderá lo duro que es vivir sin alguien a quien amas de verdad. Ino sabía lo que se sentía. E inmediatamente la mujer abrazó a Shikamaru entre sollozos. Ella, que ahora había curado las heridas de aquella pérdida con el amor que Shikamaru le había dado. ¿No es siempre más hermoso el plan de Dios?
Todos los amigos íntimos y familiares se acercaban ahora a Naruto y Sakura. Ni siquiera se dieron cuenta de que Jiraiya y Tsunade también estaban allí. Cuando rompieron el abrazo y miraron a su alrededor. Naruto abrazó con más fuerza a Sakura y miró con fiereza a su padre y también a Jiraiya, su suegro. No permitiría que nadie volviera a separarle de Sakura.
"Cálmate, hijo. Todos conocemos tu plan y estamos aquí para decirte que te aprobamos con toda nuestra conciencia. Queremos pedirte disculpas", dijo Minato con lágrimas que el hombre no se dio cuenta de que le caían por las rodillas. Él, que en ese momento estaba sentado en una silla de ruedas, miró a Naruto con cara de dolor.
"Sólo quiero ver a mi hijo vivir una vida feliz", añadió Minato.
"Sólo queremos que volváis a estar juntos", dijo Jiraiya. Sollozaba porque veía lo "moribunda" que estaba su hija cuando se alejaba de su marido. Todo el egoísmo y las amargas historias del pasado. Todo el odio parecía no significar nada con lo que tenía que mirar a los ojos vacíos de Sakura, que durante meses sólo podía mirar a la pared sin hacer nada.
"Volved juntos. Podéis empezar de nuevo", añadió Tsunade.
Sakura sollozó aún más en los brazos de Naruto. No podía creer lo que estaba oyendo de su padre y su suegro. Miró a Naruto, que tenía los ojos igual de llorosos delante de ella. Naruto besó repetidamente la parte superior de la cabeza de Sakura y pronunció palabras de amor como un hombre adicto y borracho.
"No puedo soportar otra despedida dolorosa. No puedo. Quiero pasar mis años contigo, Sakura. De verdad, de verdad que quiero", bromeó Naruto, a lo que Sakura asintió a su vez.
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El mundo parecía estar muy lejos de ellos. No lo estaba. Ni siquiera a Naruto le importaba el entorno. Y poco después de la reunión familiar a la que ninguno de los dos quería asistir, por fin pudieron liberarse. Hacia la habitación que siempre le había parecido un vacío a Naruto porque en ella no estaba Sakura.
