Capítulo 17

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Gruñidos y jadeos llenaban el espacio. Niki no entendía muy bien qué era lo que estaba sucediendo, por lo que su mente aventurera lo incitó a encaminarse en torno al sonido. Cuando llegó al salón se encontró con su papá acostado en el suelo sobre una especie de colchoneta con apenas unos short de deportes. Su torso estaba al descubierto y sus pies resguardados del frío mordaz con un par de calcetines afelpados.

— ¿Papi? — llamó con la confusión surcando sus rasgos.

— Hola, cachorrito, ¿Qué haces despierto? aún es muy temprano... — Hyunjin dejó de elevar su torso para quedarse sentado y de esa forma lograr alcanzar la vista de su hijo mayor.

— Oí ruidos — se encogió de hombros mientras se acercaba hasta dejarse caer sobre el regazo del alfa. Instantáneamente ronroneó cuando la calidez cubrió su pequeño cuerpito.

— Siento haberte despertado, Niki.

—¿Qué haces, papi?

— Un poco de ejercicio... solo mi rutina de todos los días.

Niki nunca había visto a su papá hacer ejercicio más que cuando debía encargarse de las cosas de la granja. Por el contrario, su mamá solía hacer una especie de yoga extraña o formas realmente complicadas con su cuerpo que a él junto con su hermano le gustaban imitar.

— ¡Quiero hacer ejercicio con papá! — chilló alegre.

Hyunjin asintió con una pequeña sonrisa de lado sin demasiados inconvenientes. La verdad era que él sí solía ejercitarse con frecuencia, generalmente temprano en la mañana para no molestar al resto de los integrantes de la casa, sin embargo ese día el calor que desprendía su omega y lo pesado del trabajo del día anterior lo habían llevado a no poder despegar las sábanas de su cuerpo, por lo que su rutina se vio desplazada hasta varias horas después. Felix seguía durmiendo, preso de un pequeño resfriado que había cogido por mantenerse con el cabello mojado fuera de la casa, por lo que terminaría rápidamente y se encargaría del desayuno de todos y de verificar que el rubio estuviera mejor con la medicina que le había dado antes de bajar.

Entre los dos hicieron un par de circuitos de abdominales y cuando Niki se aburrió lo suficiente se sentó en la espalda de su padre mientras subía y bajaba por las lagartijas. El alfita era ligero como una pluma por lo que no fue demasiado peso el que había sido agregado.

—¡Yyy 20! — Niki contó con un poco de dificultad. Por supuesto que habían sido más de 20 — ¡Eres fuerte, papá! ¡El alfa más fuerte de todos!

— Tú eres el alfa más fuerte de todos, cachorro — Hyunjin volvió a girarse para poder abrazar con fuerza al menor — te amo.

— Te amo más, papi.

— ¿Qué te parece si preparamos un rico desayuno y subimos a ver cómo está mamá? — inquirió antes de ponerse de pie con el niño entre sus brazos.

— ¿Mami está bien?

— Está un poco enfermo, pero nada que muchos besos y mimitos junto a su medicina no solucionen.

Entre los dos prepararon un poco de fruta picada, tostadas con mermelada casera y té, no querían sobrecargar el estómago del omega. Subieron con cautela y lo que vieron al entrar les derritió el pecho de ternura.

Felix estaba sentado en medio de un montón de mantas y almohadas con un pequeño mohín entre sus labios, la punta de la nariz roja por la fricción del papel y Jeongin acostadito a su lado con el pulgar entre los labios.

— ¡Hola, mami! trajimos desayuno — Niki trepó a la cama para luego sentarse con algo de dificultad al otro lado del omega.

— Se ve delicioso. Gracias, alfas.

the family's farm | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora