Day 01: Romantic Gestures

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¡Hola una vez más, corazones! Wow, no puedo creer lo rápido que regresé a publicar. Normalmente desaparezco por meses luego de dar señales jajajaja. Bueno, la verdad es que este compilado de escritos que publicaré correspondían a un desafío de Twitter conocido como "Softcore Stolitz Week 2024", el cuál ha sido uno de los muchos desafíos de escritura de esta ship. No me quejo, debe haber una forma de lidiar con la incertidumbre y el futuro trauma que nos dejará Helluva Boss a porvenir (Ayuda!)

Este desafío concluyó hace varios días y debido a problemas personales no pude participar, pero como ya llevaba tres one-shots escritos, no quise dejarlos sin publicar de todos modos, así que decidí subirlos como compilado para aportar al fandom en español de esta grandiosa serie y para los fans del Stolitz que seguimos teniendo fe en que estos dos idiotas van a ser felices juntos.

Sin más que comentar... ¡Los invito a leer!

(Créditos al autor del Fanart)

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01- Gestos Románticos

Acostumbrarse a ir despacio en una relación llena de torceduras en sus raíces arraigadas a la lujuria no era fácil, pero era un riesgo que Stolas y Blitz acordaban que valía totalmente la pena después de tantos escarmientos en el camino que los había llevado a querer buscar una oportunidad mutua en el amor.

No le habían dado nombre o etiqueta a su relación actual que surgía después de tomarse un tiempo de distancia para comprobar si realmente querían buscarse uno al otro. Espacio que les obligó a reconocer lo mucho que se anhelaban entre sí y que había finalizado con ambos buscando darse una oportunidad.

De eso solo habían pasado unos pocos meses y, sin embargo, les había ayudado a conocerse mejor que nunca.

Y... algo que Stolas aprendió rápido de Blitz, fue que en los días que su amado se quedaba en su habitación del palacio, ya sea que hubiese sexo o no, y el diablillo se despertaba ocasionalmente tarde (y eso quería decir casi siempre), solía olvidar sus pertenencias con asombrosa facilidad. Desde las llaves de la camioneta, su propia pistola y en casos extremos hasta la ropa interior. Incluso el mismo Blitz admitía que en esos momentos de su vida hasta podría perder su cabeza, de forma literal, si no la tuviera sujeta al cuello. Un decir que siempre le sacaba sus buenas risas al príncipe.

Sin embargo, más allá de considerar adorable ese olvido rutinario de parte del contrario, el búho siempre hacía un intento por ayudarle. Cuando pedirle que conservara la calma no condujo más que a gruñidos de exasperación, posteriormente trató de indicarle con instrucciones habladas donde se hallaban las pertenencias que extraviaba, algo que siempre terminaba con el jefe de I.M.P con la tensión hasta el culo y más agobiado que antes.

Por lo que Stolas comprendió que debería recurrir a una estrategia que facilitase las cosas a su Blitzy, en vez de alterarlo más.

Y cuando la respuesta fue hallada, no pudo evitar preguntarse por qué no había hecho eso en primer lugar; conservar las pertenencias de su amante bajo su jurisdicción cada vez que este se quedaba en el palacio.

No era difícil si se consideraba que Blitz rara vez dejaba sus objetos personales en otro lugar de la casa que no fuese la habitación del príncipe. A pesar de que estaban intentando construir una relación más firme y de la que no necesitaban avergonzarse, el diablillo todavía sentía pudor de vagar por los enormes pasillos de la casa y por accidente tropezar con Octavia. Una cosa era su relación con Stolas y otra muy distinta era relacionarse con la hija de este. Al menos ella había cesado en su afán de matarlo con la mirada y ahora simplemente se reducía a asentir con la cabeza si llegaba a verlo por casualidad. Algo que a Blitz no le molestaba; ella necesitaba todo el tiempo y espacio suficiente para procesar el hecho de que su padre era un hombre divorciado que ahora salía con un diablillo de mal carácter.

Pero si se volvía al asunto de la estrategia para ayudar a su amante a no devanarse los sesos tratando de recordar en donde había terminado cada objeto personal, la estrategia había funcionado despacio, pero eficiente hasta llegar al resultado actual en donde antes de que Blitz comenzara su vociferación matutina pre laboral de que había extraviado las llaves de su vehículo o su encendedor favorito (que por cierto había sido un detalle del príncipe mismo), su "casi algo" ya estaba sosteniendo en sus manos lo que fuera que hubiese perdido; ocasionalmente con una sonrisa socarrona bailando en su pico que solo conseguía provocar en más de un sentido al diablillo.

Y aquella mañana tampoco era la excepción a la regla. Blitz se había quedado dormido, despertó con un berrinche verbal de que esto le sucedía por usar la mitad de la noche para complacer a una "perra insaciable" como Stolas y que se lo cobraría con interés. Algo que el susodicho solo respondía con una expresión de falsa inocencia mientras se preparaba para su propia rutina atiborrada de deberes reales.

Y claro... cuando ya estaba a la nada mismo de usar el cristal de Asmodeus para abrir un portal a la oficina, comenzó su segunda perorata del día.

- ¡Maldita sea! – vociferó mientras rebuscaba entre los bolsillos de su chaqueta – Stolas, no logro encontrar mi...

Y antes de que lo nombrase, el búho alzó una mano que sostenía el juego de llaves de su amante, arqueando una ceja en una falsa interrogativa.

- Presumido – se quejó Blitz al arrebatarle su pertenencia mientras comenzaba a buscar con la mirada otro objeto perdido, sin admitir que este sí le pesaba perderlo de vista – Y no sé en donde dejé...

Y por segunda vez, el príncipe de Ars Goetia presumió ante el sicario de I.M.P mientras en su otra mano sostenía la gargantilla de calavera roja que su "querido" solía llevar en el cuello cual amuleto sagrado.

Esta vez Blitz no dijo nada mientras recogía el decorativo familiar de las manos de Stolas, rozándole los dedos en el acto por accidente, agradecido desde lo más profundo de que ese pequeño decorativo siguiera a salvo.

Un alivio devoto lo embargó y evitó que su cerebro controlara sus próximas palabras.

- ¿No podemos casarnos?

Pregunta que debería haberse quedado en las divagaciones de su mente, pero que surgió tan natural desde su lengua que no parecía anticlimático al asunto. Aunque obviamente, eso le sacudió todas las vibras a su compañero en la habitación; lo que se evidenció cuando todas las plumas de su cuerpo se esponjaron cual algodón de azúcar.

- ¿Cómo dices? – interrogó la víctima de un abrupto sonrojo.

- ¡NADA! – se apresuró a corregirse Blitz mientras se colocaba la gargantilla a toda prisa y desviando la cara para que no lo vieran enrojecer cual cereza.

- Blitz, pero dijiste que...

- ¡Yo no he dicho una mierda, cerebro de plumas! – insistió el diablillo mientras luchaba por activar el cristal de portales – ¡Y no me insistas con eso o juro que te la cobraré hasta que llores y me ruegues piedad!

- ¿Eso es un premio o un castigo? – inquirió Stolas mientras se abanicaba el rostro con su propia mano y parpadeaba con un gesto juguetón.

- ¡JODETE! – finalizó el contrario antes de finalmente abrir el portal y correr a través de este, cerrándolo con segundos de diferencia de tiempo para no escuchar una sola palabra más y no morir de la vergüenza.

Stolas parpadeó confundido y a la vez encantado de haber podido escuchar esa dulce divagación de la loca cabecita de su querido diablillo. No pudo evitar sonreír de extremo a extremo mientras una risita acompasada con un ulular de ave se escapaba de su garganta, fascinado por las nuevas ideas que parecían comenzar a rondar en la cabeza del hombre que amaba.

Quizás la próxima vez debería tener su celular con la videocámara activada para asegurarse de captar esas palabras tan de ensueño, sin importar cuanto tardase en volver a repetirlas por accidente.

Y así asegurarse de que Blitz no lo negara una próxima vez.  

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Y eso es todo por este capitulo, corazones. Todavía quedan 6 sorpresas más para ustedes... ¡No se las pierdan!

Construyendo nuestro LazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora