Day 03: Kisses

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Y aquí les traigo el siguiente capitulo de este compilado de escritos llenos de dulzor que podría causarles coma diabético XD

O tal vez dejarlos en terapia por exceso de Angst :) 

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03- Besos

Blitz no era afectuoso. O al menos no cuando se trataba de una relación romántica. Porque no tenía ninguna limitante o problema en abrazar a su hija a costa de recibir un puñetazo por parte de ella, tampoco se reprimía a abrazar a Millie y Moxxie al mismo tiempo, así como tampoco se negaba a golpear de forma juguetona el antebrazo de la fémina a modo de felicitarla o en sacudirle el cabello al otro cada vez que buscaba mostrar una genuina preocupación o por el mero gusto de fastidiar un momento. Así como tampoco se había negado a corresponder los sorpresivos abrazos de Fizz tras haber arreglado las cosas entre ambos, aunque a veces le generaba mucha angustia sentir la frialdad de sus extremidades robóticas al ser consciente que de una u otra forma, este era el resultado de sus acciones en el pasado.

Si se trataba de su familia, sus amigos, las muestras de afecto eran una parte común de su rutina, incluso si a veces eran demasiado inadecuadas o excesivas.

Pero si entraba en el terreno de las relaciones amorosas... no era hábil en el sentido de entregar afecto físico. Hasta a veces fallaba incluso con las palabras, porque era demasiado difícil probar al respecto. La poca experiencia en relaciones que tenía se podía resumir como un desastre de resultado digno de una terapia psiquiátrica y había renunciado a ellas de por vida después de recibir tantas puñaladas al corazón.

Hasta que Stolas entró en su vida e hizo temblar todas sus convicciones dañinas de que su única utilidad a nivel afectivo debía reducirse a ser "un buen polvo".

Con él había sido así al principio y tras una tormenta casi interminable de problemáticas, situaciones hirientes y conflictos que los habían hecho llorar hasta ahogarse con sus propias lágrimas, ambos habían conseguido ascender un paso a construir una relación estable y con mejores raíces que aquellas torceduras surgidas el día de su primer reencuentro. Si bien todavía no podían llamarse a si mismos como "novios", se encontraban en camino a llegar a ese resultado por medio de pequeños pasitos de bebé. Habían confirmado que el sexo era una base fuerte de su vínculo, pero eso no los abstenía de probar cosas más simples y cursis; como tener pequeñas citas en lugares de bajo público u organizar noches de cine en casa de Stolas que concluían en sesiones de acurrucarse en su cama, sin necesidad de escalar a otra cosa. O simplemente sentarse a hablar (o a quejarse) con respecto a su rutina del día.

Sin embargo, Blitz sentía que estaba fallando en el acto necesario de mostrar su afecto hacia el príncipe de Ars Goetia. Este siempre lo sorprendía por gestos dulces como abrazarlo por detrás, morderle el cuello por las mañanas o acariciar sus cuernos en momentos de estrés.

Pero su gesto favorito... era besarlo.

Antes de dormir juntos, depositaba pequeñas firmas en su cabeza y sus hombros. Cuando quería callar las divagaciones negativas del diablillo, unía su boca a la de este hasta robarle todo el aliento para silenciarlo de forma apasionada. A veces de la nada le sujetaba la mano y besaba sus nudillos antes de acariciarlos con dulzura. Y no menos importante, su favorito era dejar suaves ósculos en la frente de Blitz, justamente en donde se hallaba su peculiar marca de corazón que aludía a su pasado tormentoso en el circo, pero que para Stolas era rememorar el precioso día en que conoció al amor de su vida.

Aquel príncipe era como un libro abierto cuando se trataba de su corazón, pero en cambio Blitz... era como un secreto oculto bajo gruesas cadenas y sepultado en lo más profundo del infierno. Un penoso, indeseado y sucio secreto del que nadie querría ser dueño.

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