Capítulo 3: Excelente.

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Al día siguiente, Anne estaba llegando tarde al colegio. Ella siempre era muy responsable, pero aunque aún no sabía qué había fallado con su alarma, la realidad era que había olvidado activarla la noche anterior.
Llegó sudada y algo agitada, le daba un poco de pena llegar así y más siendo tan temprano y sabiendo que ya estarían todos sus compañeros acomodados, pero se sorprendió cuando vio que su banco y el de al lado estaban vacíos. Buscó con la mirada a Sally y la vio charlando muy alegre con Jason, un compañero bastante charlatán. No es que le cayera mal, pero era el típico estudiante que siempre tenía algún comentario para hacerle a los profesores.
Anneliese se sentó en su banco y comenzó a sacar su cuaderno y su cartuchera, mientras miraba apenada al profesor de Matemática.

-Lo siento, profesor Brown. Realmente no quise llegar tarde.- Se disculpó.

-No hay problema, Anneliese. Sólo apresúrate y copia lo que está escrito en la piza... -Se quedó callado en cuanto vio que la puerta se volvía a abrir.- Dupont, llegas tarde.- Dijo y lo miró. Al ver que Apolo buscaba con la mirada dónde sentarse, volvió a hablar:- Siéntate junto a Anneliese. No tenemos mucho tiempo y ambos deben apresurarse a copiar.

Apolo no dijo nada, sólo se sentó y comenzó a sacar sus útiles escolares. Cuando se dispuso a copiar, notó que había olvidado su cartuchera en casa.

-Mierda.- Murmuró por lo bajo. Aun así, Anneliese lo escuchó y sin decirle nada, con una sonrisa en sus labios, le cedió una de sus lapiceras. Él la tomó y agachó la cabeza para comenzar a escribir.

Anne no se ofendía porque él le hablara poco, ni porque muchas veces no le diera las gracias. La verdad era que ella sabía que él le agradecía mediante su silencio y eso no le molestaba en lo absoluto.

★★★★★

Durante el receso, Anne se cruzó con la profesora de Historia, quien le entregó el trabajo que habían realizado Apolo y ella, el día anterior.

-Me sorprendió muchísimo cómo trabajaron. Estoy segura que lo han hecho en grupo y parece que lograron entenderse muy bien.- Dijo la profesora.- Las respuestas son acertadas y aunque se hayan explayado, no roba las respuestas de las demás preguntas. Y los dibujos estuvieron excelentes. Los felicito a ambos.- Sonrió.- Tienen un excelente ambos, sigan así.- Dijo por último y se marchó.

Anneliese estaba demasiado contenta y por eso quiso ir a contárselo rápidamente a Apolo. Éste estaba sentado, solo, en el patio, comiendo un pequeño emparedado.

-Hm... Hola.- Saludó simpática.- Sólo quería decirte que recién estuve hablando con la profesora de Historia y me dijo que nuestro trabajo estuvo genial y que ambos teníamos un excelente, por el momento, en su materia.

Él la observó desde el suelo, en donde estaba sentado y comenzó a masticar despacio. No dijo nada, sólo asintió con la cabeza y tomó la hoja que Anne le cedía.

-Hm... ¿Creés que pueda sentarme contigo?- Preguntó ella.- Ya sabes... hasta que termine el receso.- Él no dijo nada, sólo la miró a los ojos y ella se sentó a su lado.- Estuve pensando que hicimos un muy buen equipo y quizás deberíamos hacer más proyectos juntos. Ya sabes, sólo porque logramos entendernos bien académicamente hablando.- Propuso y rió.

Apolo la miró sin decir nada y movió la cabeza en señal de asentimiento. Le ofreció, con la mirada y acercándole el emparedado, un trozo de éste.

-Oh, no. No te preocupes.- Sonrió, negándole la comida.- Ya he comido.

★★★★★

Ese día, cuando Anne estaba volviendo a su casa, logró divisar a Apolo a la distancia. Aproximadamente, una calle arriba, pero pensó que quizás él vivía por allí y eso la hizo sonreír. Podrían volver juntos después de clase. Rió para sus adentros, él realmente la tenía mal.

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