—¿Felix?— Después de haberse quedado encerrado en su cuarto por seis días gracias a un resfriado, Minho por fin regresaba al arbol de siempre, sólo que esta vez se dió cuenta que Felix se encontraba regando unas plantas que apenas empezaban a crecer alrededor del tronco.
—Aún son pequeñitas pero pronto se volveran unas grandes flores.— El menor ni si quiera había notado la presencia de Minho y siguió hablando con las flores las cuales apenas estaban en pleno crecimiento. —Creo que a Minho le gustara saber qué mas plantitas estan creciendo, pero no se cuando volvera.— El rostro del pequeño tenía un mirada algo apagada, extrañaba escuchar la voz de Minho contándole diferentes cuentos.
—Felix.— Llamó al menor, el pecoso volteó a ver a Minho y con una sonrisa corrió hasta donde estaba para abrazarlo.
—¡Minho!— Lo abrazó con mucha fuerza. —Creí que nunca volverías.—
—¿Como pudiste pensar eso?, no podría perdonarme si te dejara solo.— Sonrió. —Lamento por no haber venido antes, me enfermé y no me permitieron salir.—
—¿Ves?, te dije que ibas a enfermar.— Hizo un puchero.
—Pero ahora estoy bien.— Rió.
—Si pero estuve solo por muchos días.—
—No te preocupes.— Sobó el cabello del más pequeño. —Eso no volverá a suceder.— Sonrió.
—¿Lo prometes?—
—Lo prometo.— Tomó una de sus manos. —Ahora, ¿Por qué no leemos un poco?, tal vez podamos olvidar los malos momentos.—
—¿Puedo mostrarte algo antes?— Jugó un poco con sus dedos.
—¿Uh? ¿Que cosa?—
—Es un regalo que hice para ti.— Bajo un poco su rostro. —Pero debes cubrirte tus ojos.—
—Como digas.— Rió y cubrió sus ojos.
—Ahora vengo.— Felix fue por unos arbustos en busca de aquel regalo que había creado especialmente para Minho, después de unos minutos regreso con algo en sus manos y se acerco hasta Minho.
—Ya puedes ver.— Minho retiró sus manos de sus ojos y vió lo que el menor tenía entre sus manos, una corona de flores amarillas y blancas.
—Lo hice pensando en ti y creí que tal vez te gustaría.— Sonrió algo sonrojado. —Los colores me recordaron a ti y por eso escogí ese tipo de flores.— Habló mientras miraba al mayor qué no pudo evitar sonreír al instante. —¿Esta bien así?—
—Esta más que bien.— Sonrió en grande. —Me encanta, Felix.— Tomo la corona y se la colocó con cuidado. —De verdad, muchas gracias.— Felix se sentía feliz por saber que a Minho le había gustado su regalo. —Realmente me gusta
mucho.——Me hace sentir muy bien saber eso.— Sonrió para luego abrazar al mayor con algo de fuerza.
—¿Los abrazos son parte del regalo?— Felix se sonrojo y rió nervioso.
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Fairy tale [Minlix]
Fiksi PenggemarMientras todos los demás niños de aquel orfanato corrían, jugaban y la pasaban bien, Minho solo dedicaba a leer historias de fantasia debajo de un gran arbol lleno de hojas de colores verdes y amarillentas. Lo qué no sabía es que no era el unicó que...