El equipo de rescate

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Meredith abrió mucho los ojos y se apresuró a comprobar sus estadísticas. Todavía le temblaban los dedos mientras los movía con rapidez delante de su pantalla virtual.

—¡Subí directamente al 18! —exclamó sin poder creerlo.

Después de mostrarme su perfil de jugadora, le recomendé invertir todos sus puntos en inteligencia y maná. Le sugerí eso, porque sabía de sobra que Meredith no era muy buena en combate físico y además, acababa de recibir varias habilidades mágicas muy interesantes:

Afinidad al fuego +2: Incrementa todas las habilidades de tipo fuego en dos niveles extra.

Bola de fuego nv1: (+2 extra por afinidad al fuego): Crea una bola de fuego capaz de recorrer 15 metros y provocar un 45% de daño en función de tus puntos de inteligencia.

Burbuja metereológica nv1: Crea una burbuja invisible a tu alrededor capaz de modificar ligeramente la temperatura y las circunstancias climáticas a un rango de 3 metros de distancia de tu cuerpo.

Bendición ardiente nv1 (+2 extra por afinidad al fuego) : Aumenta todas las estadísticas de un único objetivo un 20%. Coste de maná 7 puntos. Límite de objetivos 3.

Curación mágica nv1: Puedes sanar heridas superficiales a través de la magia. El usuario recupera 10 puntos de salud por cada punto de maná gastado. Gastas 1 punto de maná cada 20 segundos.

Miré algunas de sus habilidades con envidia y traté de ponerme en pie. De repente, se me escapó una mueca de dolor y volví a sentarme en el suelo de inmediato. Mis piernas estaban completamente quemadas. Los pantalones estaban rasgados y la suela de una de mis botas se había derretido hasta despegarse.

—¡Oh, no! ¡Lo siento mucho! —se disculpó Meredith prestando atención a mis heridas—. Soy lo peor. No hago más que pensar en mis estadísticas, mientras tú estás sufriendo con la piel en carne viva.

—No te preocupes, me pondré bien, solo necesito un poco de sangre y...

Meredith comenzó a usar su nueva habilidad de curación sin que yo se lo pidiera. Una luz cálida muy agradable salió de sus manos y comenzó a curar mis quemaduras. Por ahora su curación me parecía algo lenta, pero, sin duda, aquella habilidad sería muy útil en un futuro.

—Es suficiente —le informé mientras me quitaba la bota que había quedado completamente inservible—. Reserva tu magia para más tarde. Aún tenemos que salir de aquí.

Me puse de pie y tanteé el terreno con un pie descalzo. Esperaba que eso no afectara a mis habilidades de lucha o a mi capacidad para salir corriendo.

—Espera, me parece que puedo comprarte botas en la tienda virtual.

—¿Puedes acceder a la tienda? —pregunté sorprendido.

—Sí, conseguí esa habilidad hace unos días. Es muy parecida a la habilidad que tiene Margaret, pero los recursos son mucho más limitados.

—Vaya, eres una caja de sorpresas...

—No es para tanto, no soy la única con esta habilidad. Hay 4 jugadores más que pueden hacerlo. Suele salirte si trabajas mucho limpiando, cocinando y otras tareas dentro de la aldea. —La chica deslizó su dedo por la pantalla comprobando la tienda—. ¡Oh, qué mal! Lo siento, por lo visto no me deja comprar nada hasta que salgamos de la mazmorra.

Suspiré decepcionado y volví a mirar mi pie descalzo antes de continuar mi camino. Al cabo de un rato, llegamos a una sala redonda en la que nos encontramos a varios goblins. Owen se escondió detrás de nosotros de inmediato.

—¿Te apetece probar la nuevas habilidades? —le pregunté mientras conjuraba una bola de fuego a escasos centímetros de mi mano.

Noté que por primera vez, Meredith sonreía con confianza a pesar de estar en una situación peligrosa. Había dejado de ser una chica indefensa que se escondía detrás de mí.

La Torre de los ValientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora