17. No creo en el destino, aún así...

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Durante el fin de semana, no pude dejar de pensar en lo dura que había sido Soo-jin conmigo a lo largo de la semana. Ella apenas me hablaba para cosas mínimas como la escuela, pero nunca pudimos entablar una conversación como solíamos hacerlo.

Me sentía muy culpable de hacer sentir mal a una de mis amigas.

Hablé con Soo-ha al respecto y solo mencionó que era normal que ella estuviese así, que sus padres eran muy estrictos y que no era mi culpa. Me recomendó despejarme, y para eso queríamos ir a comer hamburguesas con Tae-hoon, Limju y Soo-Jin.

La primera no quiso, por obvias razones. Limju dijo que tenía planes con su hermana y Tae-hoon dijo que empezaba el torneo de Onmyoji arena ese mismo mediodía por lo que no estaba disponible. El plan solo quedó para nosotras, pero a última hora, cuando yo ya estaba allí, me contó que su madre se descompensó y que no podía venir.

Al leer el mensaje, suspiré y golpeé mi frente contra mi antebrazo.

Me había despertado temprano en vano, pero ojalá que la señora Choi se encuentre bien.

Miré a mi alrededor y.. ciertamente me seguía apeteciendo comer una hamburguesa así que decidí hacer el plan por mi propia cuenta.

Bajé las escaleras del lugar y caminé hacia el mostrador.

—Buen día, señorita, ¿Qué le gustaría ordenar?— habló la empleada con amabilidad.

Por un momento pensé en pedir algo liviano, pero luego pensé.. "qué mejor para ahogar las penas que una hamburguesa doble?"

—Una hamburguesa doble, completa y sin cebolla.— respondí.

Ella asintió y yo saqué mi tarjeta, entregándosela.

—Por favor, espere. Su pedido estará listo en un momento.

Agradecí y me paré junto a la puerta.

Saqué el celular y comencé a ver Instagram mientras esperaba.

Unas risas escandalosas me sacaron de mi nube y miré hacia ellas.

Me resultaban conocidas, pero las cuatro estaban de espaldas a mí, por lo que no lograba reconocer quienes eran, aunque lo supuse desde un principio.

Una de ellas comenzó a amarrarse el cabello pero en un mal movimiento, la bandita se estiró y cayó en mis pies.

Mi mirada voló hacia el elástico fucsia y pensé en levantarlo, pero prefería no hacer ningún movimiento de más.

Ella volteó y miró hacia la bandita, pero su mirada aún no se acercaba a mi rostro.

Sus pasos se acercaron tímidamente y se disculpó, tomando la bandita del piso.

Creí que no podría verle la cara ya que era vergonzosa y su largo cabello y su flequillo cubrían casi todo su rostro, pero no fue así.

Se disculpó una vez más, subiendo la mirada y encontrándonos cara a cara.

Recordé como me sostenía uno de los brazos mientras la otra chica presionaba mis mejillas para que mi boca abriera.

Recordé como vi su cara cuando esquivé la bola de papel higiénico.

—¿Hee Min-hae?— inquirió ella con mueca de asco. Al escuchar mi nombre las otras tres voltearon, y reconocí a cada una de ellas.— Dios mío, estás devastada.— rió ella.— Incluso dejaste de tener ese toque de chica linda. Dejaste el maquillaje, ¿Verdad?.—continuó mirándome de arriba a abajo.

Yo no respondí, mi cara solo se mantuvo seria, intentando encontrar el sentimiento adecuado para aquel momento.

Y era verdad, estaba sin maquillaje. ¿Pero eso era relevante? ¿Acaso le importaba si tenía maquillaje o no? No había necesidad de hacer aquel comentario, y pensé como solía hacerlo.. "si ellas hicieron algo que no debieron hacer, yo también puedo devolverles el favor."

PROMISES AND DEBTS - EWFSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora