-Sé que acepté darte tiempo -dijo Jisung, empujando suavemente el cabello de Chenle detrás de la oreja. -Pero cariño, no queda mucho tiempo. ¿Qué pasa después de que él nace?
Chenle rodó sobre su espalda, mirando las hinchadas nubes blancas que flotaban alegremente por el cielo.
-¿Tenemos que hablar de esto ahora? Acabamos de hacer el amor.
Jisung sonrió.
-Repítelo.
Chenle puso los ojos en blanco y apartó suavemente la mano de Jisung de donde estaba frotando su abultado estómago. El bebé dio un salto mortal adentro y Chenle suspiró.
-Me escuchaste la primera vez.
-Yo lo hice. Nunca pensé que admitirías que eso era lo que estábamos haciendo, con tu insistencia en que todo era delirio de feromonas e instinto de protección alfa.
Chenle, contento de distraer a Jisung del tema en cuestión, sonrió y se volvió hacia su lado, deslizando su mano sobre el pecho de Jisung.
-Podríamos hacerlo de nuevo. El día todavía es joven, y te sientes tan bien dentro de mí.
Jisung gimió y se inclinó para besarlo, su lengua ardiente y fuerte en la boca de Chenle. Pero luego se arrancó la boca con un ladrido de risa y un toque en la nariz de Chenle.
-Ahora, ahora. Estás tratando de escapar sin decirme nada, ¿verdad? Eso no servirá. ¿Cuál es tu plan, Chenle? ¿Qué pasa cuando llega el bebé?
Chenle gimió, frustrado por haber fallado en su distracción. Se sentó y tiró una toalla sobre su regazo, cubriendo su polla medio dura.
-No te va a gustar.
-Estoy seguro de que no lo hará -estuvo de acuerdo Jisung. -Pero dime de todos modos.
-Lo tendré aquí. Luego tengo que llevarlo a la ciudad, donde lo amamantaré por dos años. Luego volveré, esperaré mi próximo celo y... -Él se encogió de hombros. -Hacer todo de nuevo.
Los dientes de Jisung hicieron un siniestro ruido de rechinar.
-Estoy tentado a distraerme por tu insistencia en que tendrás que pasar otro celo con él. Pero no dejaré que eso suceda. Yuta dice que...
-Sí. Lo sé. Pero no quiero creerte a ti ni a él. Dolerá demasiado si ambos están equivocados.
Jisung le tocó la mejilla y dejó el tema atrás.
-Pero el bebé, Chenle. ¿Qué le pasa al bebé después de esos dos años en la ciudad?
Chenle tragó saliva.
-Lo dejo allí. Kihyun y Hyunwoo lo criarán. Eso es lo que quieren. Y es lo que quiero también.
Jisung lo miró fijamente, sus mejillas pálidas como si el sol nunca las hubiera bronceado.
-No puedes hacer eso.
-Puedo y lo haré.
Jisung tragó saliva.
-Chenle, criaron un monstruo.
-No son del todo malas personas -susurró Chenle, poniendo su mano sobre su vientre, sintiendo al bebé moverse debajo de su palma. -Y no van a dejar que me quede con él. Aún si yo quisiera.
-¿Y tú no quieres?
-No puedo amarlo, Jisung. He intentado.
-Cariño, no te has permitido amarlo, porque no tienes la intención de retenerlo.