-Este es el lugar de pelea física, mientras que del otro lado de la habitación... - Apuntó hacia un par de chicos que tenían espadas y flechas. - Es para practicar o conseguir una habilidad de combate. Ya sabes, para no recurrir siempre a nuestros poderes.
-¿Como que poderes? ¿Acaso todos acá tienen poderes?
-¿No los tienes? - Negué con la cabeza casi con la mirada inocente. ¿Se supone que tener poderes es normal? - Al estar vinculado a un dragón como... Nim. Deberías ya tener uno.
-¿Cómo puedo conseguirlo?
-Eso depende de la vinculación que tengas con él o si tus sentimientos son más fuertes que los de él... - Me hizo un gesto como si lo que había dicho era muy complicado. - Tienes que cuidarte. Dragon fuerte, poder fuerte.
-¡Eirik! - Killian levantó la mano mientras se acercaba a nosotros. Una sensación de incomodidad lleno mi cuerpo. Luego de verlo pelear con esas bestias, y esa mirada aterradora y calculadora que me había dado, sentía como podía clavar su espada en todo mi abdomen.
-¿Todo bien, Killian? - Se dieron un apretón de manos y ambos se sonrieron. Como si dos viejos amigos de años se tratara.
-No del todo. ¿Escuchaste sobre el frente? - Su voz cambió totalmente.
-Si. No se ve muy bien.
-Estamos terminando de entrenar a los cadetes de quinto año. Tendremos mayor apoyo aéreo. - Eirik asintió mientras largaba un suspiro. Su cuerpo parecía tomar todo con seriedad, pero era claro que demostraba una ligera preocupación por el tema. - Necesito terminar unos detalles con la reina. ¿Me acompañas?
-Claro. - Killian se fue, pero Eirik me tomó del brazo y me acerco a él. Tal como solía hacer mi hermano cuando debía prestar absoluta atención. - Debes ir con Aryan. Él te entrenara.
-Pero..
-No provoques a nadie. No llames más atención de la que ya tienes, ¿De acuerdo? - Solo asenti. - Pregunta todo lo que puedas en combate, te servirá.
Me dio un beso en la frente que me dejó totalmente inmovilizada, un pequeño cosquilleo se activó al ver su sonrisa cuando se alejó y me dejo en medio de ese lugar, con otros jinetes que se daban golpes entre sí y otros intentaban saber cómo usar un arco y flecha.
- Se arruinó un momento de película, ¿Verdad?
Esa maldita voz.
-De las pocas veces que apareces, has arruinado los momentos. Eso es cierto. - Me gire encontrándome a pocos centímetros del chaleco de escamas negras que tenía. Mire hacia arriba para encontrarme con ese mechón negro despeinado que caía sobre su frente.
-Tenemos puntos diferentes sobre mi aparición.
-¿Cuál es tu punto?
-Siempre te salvó para que no te maten antes de tiempo.
-¿Por qué harias eso?
-Te necesito cerca. - Se inclinó un poco más a mi cuerpo, casi tocando su pecho con el mio. Tragué hondo pero no fue suficiente para calmar la tensión que tenía en todo el cuerpo. - Muy cerca.
-¿La reina está de acuerdo con eso?
-¿Debería estarlo?
-Es tu reina. Tu amante y no creo que le guste la idea de que estés tan cerca mio frente a todos. - Me dio una sonrisa pícaro pero mis ojos no se despegaba de los suyos. Lo oscuro que se volvía su mirada en tan solo un par de segundos era sumamente atractivo.
Dio un paso hacia atrás pero mi cuerpo quería que no se alejara, quería sentirlo mucho más cerca aun que sea infumable.
-Empezamos el entrenamiento de batalla en treinta minutos. Ve a tomar un arma. Te espero en la tarima.
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Noctivoro: Reino de dragones.
FantasiNo tener un dragon es motivo de burla. No ser un jinete es muestra de debilidad. Pero ¿Qué significa, cuando no sólo tienes un dragon, sino tres dragones y los más poderosos de los cinco reinos? Ember deberá descubrir la relación que tiene Noctivo...